Un perro fue hallado muerto con un disparo en el pecho

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🟥 Un perro asesinado y abandonado: la madrugada que volvió a mostrar lo peor

En el puente La Balsa, una estructura colonial que conecta la historia con el presente en medio del paisaje rural, ocurrió un hecho que despierta rabia, tristeza e indignación: el cuerpo de un perro fue hallado sin vida, con un hueco visible en el pecho, y todo apunta a un disparo directo.

La escena fue descubierta en la madrugada. A esa hora, ya el cuerpo del animal yacía ahí, sin sangre visible alrededor, lo que genera una sospecha más fuerte: que el perro habría sido asesinado en otro lugar y posteriormente abandonado en el puente.


🟥 Sin sangre, con hueco en el pecho: indicios de un ataque deliberado

Según los testigos que documentaron el caso y denunciaron el hecho, el perro no tenía rastros de sangre en la calle, lo que refuerza la hipótesis de que la muerte no ocurrió en el lugar, sino que fue trasladado ya sin vida.

Lo que sí era evidente era el hueco en la parte del pecho, señal que podría corresponder a un impacto de bala. Aunque todavía no hay dictamen oficial ni intervención forense veterinaria, los indicios apuntan a un acto violento y calculado.

Este no fue un atropello, ni un accidente. Este fue, con alta probabilidad, un acto de crueldad directa contra un ser vivo.


🟪 ¿Dónde están las autoridades? Exigen justicia y respuesta inmediata

La denuncia pública exige a las autoridades municipales, a la Policía Ambiental y a las oficinas de protección animal que:

Se recoja el cuerpo del animal con protocolo adecuado.

Se abra una investigación preliminar por maltrato animal.

Se revise si hay cámaras o testigos en el sector.

Se impongan sanciones ejemplares si se identifica al responsable.

En Colombia, el maltrato animal es un delito tipificado bajo la Ley 1774 de 2016, que reformó el Código Penal para castigar con penas de prisión de hasta tres años a quien cause la muerte o lesiones graves a un animal doméstico.


🟥 Un acto cruel que no puede quedar impune

No se trata solo de un perro muerto.
Se trata de una señal peligrosa de violencia sin consecuencias.
Porque cuando una sociedad permite que se le dispare a un animal y no pasa nada, ¿qué viene después?

Este caso no puede ser otro más que pase al olvido.
No se puede naturalizar la crueldad. No se puede ignorar la muerte deliberada de un ser vivo indefenso.
Y sobre todo, no se puede permitir que el silencio sea la única respuesta institucional.


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