El caso que hoy sacude a Socha
La noche del domingo 6 de julio, una riña en la vereda El Curital, en el municipio de Socha (Boyacá), terminó en tragedia. Dos hombres resultaron heridos. Uno de ellos fue remitido al Hospital Regional de Duitama. El otro, identificado como Rosendo Ayala, fue atendido en el Hospital Sagrado Corazón de Jesús de Socha, donde se le prestó atención médica por una herida causada con arma blanca.
Según relataron personas cercanas a la víctima, Rosendo habría recibido una puñalada en uno de sus brazos, por lo que fue llevado de inmediato al centro asistencial. Allí, de acuerdo con el testimonio entregado a un medio de comunicación, le revisaron la herida, le suturaron y lo enviaron a su casa.
Un deterioro inesperado
Con el paso de las horas, su estado de salud empeoró. De acuerdo con los familiares, Ayala presentó síntomas de palidez extrema e hipotermia. Ante esto, se comunicaron con el hospital para alertar la situación, pero —según la versión entregada por la familia— les respondieron que “era normal”.
“Lo mandaron a la casa sabiendo que él se estaba desangrando por dentro y lo único que hicieron fue ponerle unos puntos en el brazo. Llamaron a preguntar si era normal que él tuviera hipotermia, si era normal que él estuviera tan pálido, y dijeron que sí”, denunció la persona allegada a la familia del hoy fallecido.
Horas después, Rosendo Ayala perdió la vida.
El hospital respondió: caso en investigación
Ante la gravedad del caso y la denuncia pública, el Hospital Sagrado Corazón de Jesús de Socha emitió un comunicado en el que manifestó sus condolencias por el fallecimiento y señaló que la situación ya es objeto de investigación por parte de las autoridades competentes.

Asimismo, informaron que el centro asistencial puso a disposición de la familia servicios de apoyo psicosocial y reiteraron su disposición para colaborar con las investigaciones necesarias que permitan esclarecer lo ocurrido.
La sede médica agregó que el paciente fue atendido conforme a los protocolos médicos establecidos, y pidió a la comunidad evitar la difusión de desinformación, permitiendo que sean las autoridades competentes las que esclarezcan los hechos.
Violencia y alcohol: Trago mortal en Boyacá
Lo sucedido en Socha no es un hecho aislado. En lo que va del año, Boyacá ha sido escenario de múltiples riñas que han terminado en muertes. Casos en municipios como Duitama, Sogamoso, Paipa y ahora Socha reflejan un patrón peligroso: la mezcla explosiva entre consumo de licor, intolerancia y conflictos personales.
Durante los fines de semana —especialmente en zonas rurales—, las riñas aumentan y la seguridad se ve comprometida. La comunidad ha hecho reiterados llamados a las autoridades locales para que se tomen medidas contundentes en materia de convivencia y control.
¿Qué dice la ley sobre esta muerte?
En este caso, la muerte de Rosendo Ayala se dio en el contexto de una riña y podría estar tipificada como homicidio según el Artículo 103 del Código Penal Colombiano. Sin embargo, en caso de que se compruebe la intención, sevicia o uso de arma blanca, podría agravarse conforme al Artículo 104, que contempla penas de hasta 50 años de prisión para homicidio agravado.
Por otro lado, si las investigaciones llegan a determinar que hubo negligencia en la atención médica que contribuyó a su fallecimiento, la justicia podría sancionar al profesional de la salud que, por imprudencia o descuido, no haya atendido como se debía al paciente.
No obstante, reiteramos que esto se encuentra bajo investigación y presunción total, y corresponde a las autoridades judiciales determinar si existió o no algún tipo de responsabilidad médica en este caso.
Una muerte que no puede ser en vano
Aunque aún no se ha determinado la responsabilidad directa de ningún ente, lo cierto es que una vida se perdió en circunstancias que duelen y preocupan. Hoy, la familia de Rosendo Ayala exige respuestas, respeto y verdad, mientras Boyacá vuelve a encender las alarmas por las consecuencias mortales de peleas sin sentido.
Porque ningún fin de semana, ninguna copa de licor, y ningún instante de furia deberían valer más que una vida.
Desde este medio expresamos y extendemos nuestras más sentidas condolencias a la familia de la víctima.




