En medio del dolor y la confusión, familiares de Simón Cerón Soscué, un adolescente de apenas 14 años, exigen respuestas claras a las autoridades tras su sorpresiva y trágica muerte. El menor fue hallado sin vida en una cantera ubicada entre los sectores de Terrón Colorado y Montañita.
Dolor
Según los testimonios recogidos por sus familiares, la versión inicial indicaba que Simón habría caído accidentalmente desde una altura considerable. Sin embargo, las condiciones del lugar y el hecho de que la parte superior del terreno se encontraba cerrada han generado profundas dudas sobre lo que realmente sucedió.
Simón fue encontrado ya sin signos vitales, con una herida abierta en la cabeza, indicativa de un fuerte golpe. “Cuando llegamos ya estaba muerto, ya estaba tirado allá”, dijo una tía del menor, quien fue entrevistada.
La hipótesis del accidente pierde fuerza para la familia, que asegura que el menor conocía muy bien el terreno donde fue encontrado. Además, insisten en que el sitio de la supuesta caída estaba sellado, por lo que él no podría haber accedido fácilmente sin ayuda.
sueños
Simón residía en el barrio Terrón Colorado. Estaba cursando séptimo grado y aunque su asistencia al colegio era intermitente, era un niño que disfrutaba de lo simple: jugar fútbol, divertirse con videojuegos y compartir con su familia.
Tenía dos hermanos pequeños y una fuerte conexión con su madre y su tía, quienes lo recuerdan como un niño alegre, noble y sin problemas con nadie. “A él lo que más le emocionaba era cumplir 18 para prestar servicio militar, decía que era lo primero que iba a hacer apenas fuera mayor de edad”, recordó su tía.
La última vez que conversaron, Simón repitió ese mismo sueño. También jugó y rió, como cualquier otro niño de su edad. Nunca imaginaron que esa sería la última vez que lo verían con vida.
Una menor de edad, quien afirmó haberlo visto caer, fue quien avisó a la familia del hecho. Ella incluso grabó al niño y compartió el video con los seres queridos para confirmar su identidad. Ese material está hoy en manos de las autoridades.
Hasta ahora, las autoridades no han entregado un reporte oficial sobre lo ocurrido. La familia sigue esperando respuestas, una hipótesis clara o al menos un gesto de voluntad investigativa. “Que nos digan qué fue lo que pasó, que investiguen. Era un niño. No tenía problemas con nadie”, fue el llamado desesperado de su tía.
Además del dolor, persiste un profundo sentimiento de incertidumbre. La mamá del menor, según relataron sus allegados, incluso tuvo un sueño premonitorio en el que Simón la llamaba con una sonrisa antes de desaparecer entre lágrimas. Un detalle que ha tocado profundamente a todos quienes lo conocieron.
Mientras la comunidad pide respuestas, la familia prepara las honras fúnebres del menor, sin poder todavía entender cómo ni por qué les fue arrebatado un ser tan joven, en circunstancias tan confusas.
Este trágico caso reabre el debate sobre la seguridad en zonas apartadas de Cali, la vigilancia de espacios como las canteras abandonadas y el abandono institucional en muchos barrios del distrito de Aguablanca.
La historia de Simón Cerón Soscué, más allá del dolor, representa una alarma que las autoridades no pueden ignorar: un niño murió sin explicación clara y su familia no descansará hasta saber la verdad.
La comunidad cercana también ha expresado su solidaridad con los familiares del menor, al tiempo que pide mayor presencia institucional en zonas vulnerables y alejadas. Vecinos y líderes locales han solicitado que se refuercen las medidas de seguridad y se garantice que hechos como este no queden impunes ni se repitan.
