Un grave incidente de seguridad obligó al ministro de Defensa, Pedro Sánchez, a cambiar la línea telefónica que había usado por más de dos décadas. Este hecho sucedió después de que el sargento retirado Alexander Chalá Sáenz divulgara su número personal en redes sociales. La filtración generó una serie de amenazas directas, intentos de hackeo y estafas, lo que puso en riesgo la vida del ministro, la de su familia y la seguridad nacional. Por consiguiente, los expertos en ciberseguridad y la Ciberdefensa de las Fuerzas Militares recomendaron el cambio inmediato del número.
Denuncia penal y calumnias
El ministro ya presentó una denuncia penal contra el exsuboficial. Acusó a Chalá de proferir calumnias y de poner en riesgo su vida. Este suceso, de hecho, se relaciona con acusaciones previas de Chalá contra el ministro, quien lo señalaba de un supuesto complot en alianza con el excomandante del Ejército, general (r) Enrique Zapateiro, para actuar en contra del presidente Gustavo Petro. Sánchez, por su parte, desmintió categóricamente las acusaciones, calificándolas de «infundadas». La denuncia formal incluye los delitos de injuria, calumnia agravada y denuncia falsa.

Un incidente de seguridad obliga al ministro de Defensa a cambiar de número
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Riesgos y amenazas a la seguridad
Las fuentes del Ministerio de Defensa informaron que la filtración derivó en una oleada de ataques. Los ciberdelincuentes intentaron rastrear la ubicación del alto funcionario, incluso durante reuniones y operaciones reservadas. Además, buscaron sustraer información clasificada y acceder a claves de cuentas bancarias y correos electrónicos. La gravedad de la situación radicaba en que el número filtrado se utilizaba para comunicaciones directas con altos mandos militares y policiales, así como con otros funcionarios del Gobierno, lo que incrementaba el peligro.
Respuesta institucional y refuerzo de la seguridad
En respuesta a esta vulnerabilidad, la agrupación militar y policial a cargo de la seguridad del ministro Sánchez decidió reforzar el dispositivo de protección personal y el de su familia. También aumentaron la vigilancia en las instalaciones del Ministerio en Bogotá. A pesar de que los intentos de hackeo fueron frustrados gracias a las medidas de ciberseguridad, el nivel de riesgo era inaceptable. Así, las autoridades demostraron que tomaban en serio la amenaza.

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Un antecedente de activismo polémico
Finalmente, el sargento retirado Alexander Chalá Sáenz no es ajeno a la polémica. En el pasado, fue beneficiario de medidas de protección de la Unidad Nacional de Protección (UNP) tras sufrir un atentado. Chalá también ha sido un crítico vocal en redes sociales y ha denunciado supuestas irregularidades en el pasado. Este contexto, por lo tanto, muestra que la disputa con el ministro Sánchez es parte de una serie de confrontaciones públicas que ha mantenido el exsuboficial.

