Un idioma sin fronteras: la música celebra su día mundial

El 1 de octubre, el mundo se une para celebrar uno de los lenguajes más poderosos y universales: la música. Esta fecha, establecida por la UNESCO en 1975 a iniciativa del violinista Yehudi Menuhin, busca reconocer su papel fundamental en la cultura, la educación y la vida social de los pueblos.
La música no solo se escucha: se siente, se comparte y transforma
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Este 1 de octubre, diferentes países se unen para rendir homenaje a uno de los lenguajes más universales: la música. La fecha fue proclamada en 1975 por la UNESCO, a propuesta del violinista y director Yehudi Menuhin, con el objetivo de resaltar la importancia de la música en la vida cultural, social y educativa de la humanidad.

La celebración busca promover la paz, la amistad y la unión entre los pueblos, recordando que la música trasciende fronteras, idiomas y generaciones. Desde los ritmos folclóricos más antiguos hasta las expresiones contemporáneas, cada melodía se convierte en un puente que conecta corazones.

En distintas ciudades del mundo se realizan conciertos gratuitos, festivales, talleres en escuelas y presentaciones artísticas que acercan la música a todas las personas. Algunas orquestas y agrupaciones también llevan su arte a hospitales, plazas y comunidades, demostrando que la música no solo entretiene, sino que también acompaña, sana y une.

Yehudi Menuhin afirmaba que “la música puede lograr la unión que ni la política ni la religión consiguen”, y hoy, casi cinco décadas después, sus palabras cobran más vigencia que nunca.

La UNESCO invita a reflexionar en esta fecha sobre el papel de la música en la construcción de sociedades más inclusivas, creativas y solidarias, destacando su valor como patrimonio de la humanidad y motor de transformación cultural.

Porque al final, como dicen muchos artistas: “cada nota es un puente hacia la esperanza”.

Cada pueblo tiene su historia, pero todas las historias tienen una melodía, porque una canción puede curar una herida, despertar un recuerdo o incluso encender una revolución.


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