Un hombre está en prisión preventiva acusado de abusar sexualmente de su hijastra durante más de cinco años en San Cristóbal, Bogotá. Los abusos comenzaron en 2017, cuando la niña tenía solo seis años, y culminaron con un embarazo producto de las agresiones. La Fiscalía Seccional Bogotá informó que el acusado, pareja de la madre de la víctima, amenazó a la menor para obligarla a abortar. Sin embargo, la niña encontró el valor para contarle a sus familiares lo ocurrido, lo que permitió denunciar el caso ante las autoridades.
Cifras alarmantes de abuso sexual infantil en Bogotá
Este caso no es aislado. En Bogotá, los delitos sexuales contra menores han alcanzado cifras alarmantes. Según la Fiscalía General de la Nación, en 2024 se reportaron más de 1,200 casos de abuso sexual infantil, y en lo que va de 2025, ya se han registrado cerca de 300 denuncias. Estas cifras muestran un problema creciente, a pesar de los esfuerzos por combatirlo. Las localidades de Ciudad Bolívar, Kennedy y Suba presentan las tasas más altas de este tipo de delitos.
Graves consecuencias para la víctima
El caso de la hijastra en San Cristóbal destaca por su gravedad y duración. La Fiscalía reunió pruebas y testimonios suficientes para capturar al acusado, quien enfrenta cargos por actos sexuales con menor de 14 años y acceso carnal violento agravado. Aunque el imputado no aceptó los cargos, el juez ordenó su prisión preventiva mientras avanza el proceso judicial.
La importancia de la prevención y la denuncia
Este tipo de casos subraya la vulnerabilidad de los menores y la necesidad de que familias y sociedad estén alerta ante posibles señales de abuso. Organizaciones como el ICBF han intensificado campañas de prevención, pero aún queda mucho por hacer. Según el ICBF, el 70% de los casos de abuso sexual infantil ocurren en entornos familiares o cercanos a la víctima, lo que dificulta su detección.
Otro caso reciente: abuso en Usaquén
En enero de 2025, un hombre fue capturado en Usaquén por abusar de su sobrina de 8 años durante dos años. La menor, al igual que la víctima de San Cristóbal, sufrió en silencio hasta que una vecina notó cambios en su comportamiento y alertó a las autoridades. Estos casos resaltan la urgencia de fortalecer los mecanismos de protección y denuncia.
Mientras el sistema judicial avanza en estas investigaciones, es crucial que la sociedad colombiana tome conciencia de la gravedad del abuso sexual infantil y actúe para proteger a los más vulnerables. Las cifras en Bogotá son un llamado urgente a la acción, y casos como el de la hijastra de San Cristóbal deben recordarnos que el silencio nunca es una opción.
