En un giro inesperado, el historiador de arte Gergely Barki descubrió una obra de arte perdida durante 90 años mientras veía la película «Stuart Little» con su hija en 2009. La pintura «Sleeping Lady with Black Vase» del artista húngaro Robert Bereny aparecía colgada en la escenografía de la película, sin que nadie supiera su verdadero valor.
Barki identificó de inmediato la obra y, tras investigar, descubrió que había sido adquirida por el equipo de producción de la película en un mercado de pulgas por una suma modesta. Gracias a este descubrimiento casual, el cuadro fue recuperado y devuelto a su lugar en la historia del arte, convirtiendo un momento de cine familiar en un hito cultural inesperado. Este hallazgo es un ejemplo de cómo la historia del arte puede estar llena de sorpresas y descubrimientos inesperados.
