Armando Molina Díaz y su vida como profesor de Educación Física
Armando Molina Díaz, un nombre que resuena con respeto en el ámbito deportivo y educativo, ha dedicado su vida a promover los valores y beneficios del deporte en la comunidad. Su trayectoria, marcada por la constancia, el esfuerzo y una profunda pasión por la actividad física, lo ha convertido en un referente para jóvenes deportistas y profesionales de la educación física.
Desde sus primeros pasos como deportista, Armando Molina demostró una gran disciplina y aptitud para diversas disciplinas deportivas. En su juventud, se destacó en deportes como el fútbol, microfútbol y voleibol, donde no solo mostró sus habilidades técnicas, sino también su capacidad para trabajar en equipo y liderar en el campo de juego. Sin embargo, más allá de los logros personales, Molina siempre ha creído en el poder transformador del deporte, no solo para mejorar la salud física, sino también para desarrollar valores fundamentales.
“Practicarlo nos enseña disciplina, perseverancia, trabajo en equipo y, sobre todo, nos ayuda a ser mejores personas», afirma Molina, quien ha dedicado su vida a la enseñanza y la formación deportiva. Esta filosofía lo ha acompañado en cada etapa de su carrera, desde sus primeros años como atleta hasta su incursión en la educación física y la gestión deportiva.
Avance
Su carrera dio un giro importante cuando, después de su experiencia como deportista, se volcó a la administración y dirección deportiva. Molina se unió a la Junta Directiva de Apulo, donde desempeñó un papel clave en la planificación y ejecución de actividades deportivas a nivel local. Su dedicación y capacidad para coordinar equipos lo llevaron a ser nombrado Director Ejecutivo del Instituto de Deportes, cargo que ocupó durante un año, tiempo en el que implementó programas y proyectos destinados a la promoción de la actividad física en la región. Bajo su liderazgo, se impulsaron iniciativas que no solo beneficiaron a los deportistas de alto rendimiento, sino también a quienes iniciaban su camino en el mundo del deporte.
A lo largo de su carrera, Molina también trabajó en diversas escuelas de formación deportiva, donde tuvo la oportunidad de moldear y guiar a jóvenes talentos. Su trabajo no se limitaba solo a enseñar las técnicas y tácticas de cada deporte, sino también a inculcar en los niños y adolescentes los valores fundamentales del deporte, que son esenciales para su desarrollo personal y social. En este sentido, uno de sus proyectos más destacados fue su participación en la Escuela Deportiva de Cemex, donde estuvo al frente durante tres años. Allí, más de 125 niños, distribuidos en diversas categorías, recibieron formación integral no solo en sus disciplinas deportivas preferidas, sino también en el desarrollo de actitudes positivas como la responsabilidad, el respeto y la solidaridad.
A lo largo de los años, Molina también ha participado en la organización y dirección de torneos locales y regionales, siendo un promotor incansable de la actividad física en su comunidad. Su labor ha trascendido más allá de la formación de deportistas, convirtiéndose en un líder en la gestión deportiva y un defensor de la importancia del deporte como motor de desarrollo social.




