El resultado de la inclinación del eje norte-sur de la tierra 23,4 grados hacia el Sol. Esta inclinación hace que cantidades diferentes de luz solar alcancen diferentes regiones del planeta durante la órbita de la Tierra en torno al Sol.
En el solsticio de junio, el Polo Norte se encuentra más inclinado hacia el Sol que durante cualquier otro día del año.
Esto significa que en el solsticio de junio, el hemisferio norte vive el día más largo y la noche más corta del año. En el hemisferio sur ocurre lo opuesto: junio trae el solsticio de invierno y el día más corto del año.
La Tierra no es el único planeta con solsticios y equinoccios; cualquier planeta con un eje rotacional inclinado también los tendría. De hecho, los científicos planetarios usan los solsticios y equinoccios para definir las «estaciones» en los otros planetas del Sistema Solar.
La Tierra no está más cerca del Sol
Otra creencia popular errónea es que durante el verano —y especialmente durante el solsticio de verano— la Tierra está más cerca del Sol que durante otras épocas del año, según explica Mark Hammergren, astrónomo en el Planetario Adler en Chicago.
En realidad, la inclinación de la Tierra influye más en las estaciones que la distancia de nuestro planeta al Sol.
«Durante el verano del hemisferio norte, en realidad, estamos a más distancia del Sol», afirma Hammergren.




