Un desafío en el Parque Nacional que exige colaboración interinstitucional

La Alcaldía de Bogotá ha elevado una alerta sobre la comunidad Emberá en el Parque Nacional, un espacio público peligroso para los niños
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La Alcaldía de Bogotá ha elevado una alerta sobre la comunidad Emberá en el Parque Nacional, un espacio público que carece de las condiciones adecuadas para la permanencia de estas personas, especialmente de los niños, niñas y adolescentes. El secretario general de la Alcaldía Mayor, Miguel Silva Moyano, ha denunciado un aumento en la ocupación del lugar y ha reiterado su llamado a las autoridades nacionales para que intervengan. En efecto, la situación ha escalado, pues la administración distrital ha identificado el ingreso de pipetas de gas, lo que eleva el riesgo para la población. Por lo tanto, el Distrito ha insistido en la necesidad de que la Policía, la Policía Metropolitana y el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) protejan a los menores de edad.

El desplazamiento forzado como raíz del problema

La presencia de la comunidad Emberá en Bogotá responde a un grave problema estructural: el desplazamiento forzado desde sus territorios ancestrales en departamentos como Chocó y Risaralda. Históricamente, estas familias han llegado a la ciudad huyendo de la violencia, la falta de servicios básicos y la ausencia de oportunidades. Por esta razón, la Alcaldía reconoce la complejidad del conflicto y afirma que trabaja con el Gobierno Nacional para lograr el retorno definitivo de estas personas, garantizando un regreso digno y seguro. Adicionalmente, el Distrito ha manifestado su compromiso de brindarles una solución humanitaria a su difícil situación, mientras se concreta una reubicación.

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Instrumentalización de la niñez y la falta de garantías

El secretario Silva Moyano expresó una seria preocupación por el uso de niños y niñas para impedir la acción de las autoridades. Lamentablemente, líderes negativos dentro de la comunidad han utilizado a los menores para oponerse a la intervención del Distrito, una situación que agrava su vulnerabilidad. La instrumentalización de los niños viola sus derechos fundamentales y los expone a un entorno inseguro. En consecuencia, la Alcaldía pide la actuación del ICBF y del Ministerio Público, pues es su deber restablecer los derechos de la niñez indígena, asegurando que crezcan en un ambiente seguro y estable, lejos de los peligros que presenta un asentamiento improvisado.

Desafíos y esfuerzos de la institucionalidad para una atención digna

Las entidades distritales, como la Unidad para las Víctimas y el ICBF, han implementado programas para brindar apoyo a la comunidad Emberá en la capital. Por ejemplo, el ICBF ha ofrecido atención psicosocial y ha entregado Bienestarina para mitigar los problemas de desnutrición. Además, se han coordinado esfuerzos para facilitar el retorno de las familias a sus territorios de origen. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos, el desafío persiste debido a los incumplimientos de acuerdos por parte del Gobierno Nacional y la complejidad de un conflicto que no ha encontrado una solución definitiva, lo que mantiene a las comunidades en una situación de riesgo.

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La necesidad de una solución integral y definitiva

La crisis en el Parque Nacional ilustra la necesidad de un plan de acción a largo plazo que aborde las causas estructurales del desplazamiento forzado. La Constitución Política de Colombia reconoce a las comunidades indígenas como sujetos de especial protección, pero su vulnerabilidad persiste debido a las fallas institucionales. Una solución integral requiere el compromiso coordinado de todos los niveles del Estado: el Gobierno Nacional, las alcaldías, la Unidad para las Víctimas y el ICBF. Al final, solo un trabajo conjunto que respete los derechos culturales y territoriales del pueblo Emberá, ofrecerá una vida digna y sostenible tanto en sus territorios como fuera de ellos.


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