En la actualidad, aquellas empresas que crean mejores espacios de trabajo suelen ser aquellas que priorizan el bienestar, el desarrollo y la satisfacción de sus empleados.
Hacerlo es posible gracias a una cultura de respeto y confianza, a un entorno físico y emocional adecuado, o a la formulación y adopción de políticas de apoyo, flexibilidad, desarrollo profesional y reconocimiento.
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Por tal motivo, como resultado de estos esfuerzos, un buen lugar de trabajo no solo mejora la productividad, sino también aumenta la lealtad y el compromiso de los empleados, lo que se traduce en mejores resultados para la empresa.
Sobre este tema, José Gregorio Ramírez, gerente general de GIP, destacó que “las organizaciones deben preguntarse si, en efecto, quieren alcanzar ese propósito y para qué. Si la respuesta es porque su activo más importante son las personas, van por buen camino”.
Agregó que “hemos comprendido que todos contribuimos al tejido social y que nuestras acciones diarias son semejantes a hilos que se entrelazan para crear la trama de nuestro entorno. En el día a día, en nuestra jornada laboral, construimos los cimientos de un mundo diferente con base en el respeto mutuo, la comprensión y la empatía. Debemos entender, entonces, el papel tan importante que cumplen las organizaciones en la creación de un mejor país”.
Agradable para el trabajo
Según el directivo, es posible deducir que la construcción de un excelente lugar para trabajar debe considerar, entonces, algunos aspectos.
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Por ejemplo, una de las bases de un buen ambiente de trabajo es una cultura organizacional que valore la transparencia, la comunicación abierta y el respeto mutuo; las compañías deben adaptarse a las nuevas necesidades de los colaboradores, especialmente en el contexto de los cambios que se produzcan en la vida laboral y personal.
Igualmente, el entorno físico influye en el bienestar y la productividad de los empleados. Las empresas deben asegurarse de que el espacio de trabajo sea cómodo y funcional; además, ser proactivas en su objetivo de cuidar el bienestar físico, emocional y psicológico de sus colaboradores.
También el desarrollo de sus empleados demuestran compromiso con su futuro y bienestar profesional; igualmente, los empleados se sienten más comprometidos y motivados cuando tienen la oportunidad de tomar decisiones en su área de trabajo.
También debe haber un ambiente de trabajo cooperativo, que puede mejorar significativamente la moral y productividad general; las organizaciones que promueven valores de sostenibilidad y responsabilidad social suelen motivar un mayor sentido de propósito entre sus empleados; y las compañías deben estar dispuestas a recibir retroalimentación de sus empleados y actuar en consecuencia.



