Hasta las instalaciones del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses con sede en el municipio de Santander de Quilichao, al norte del departamento del Cauca fue ingresado el cadáver de una persona de sexo masculino, el cual había sido ultimado de varios disparos, al parecer por dos sicarios que se movilizaban en una motocicleta.
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Según el informe entregado por las autoridades de policía, el hecho de sangre se presentó en horas de la madruga en una de las principales calles de la plaza de mercado o galería principal. Uno de los peritos explicó que la víctima oscila entre los 24 a 30 años de edad, vestía una camiseta blanca manga corta, chaqueta y jeans azul turquí y portaba una gorra con varios estampados. El ciudadano fue ultimado de varios disparos.
El servidor agregó que el cuerpo fue dejado a disposición de los laboratorios de genética del Instituto Nacional de Medicina Legal, para que expertos forenses adelanten la tipificación molecular y el cotejo de perfiles genéticos, con miras a establecer la plena identidad de la víctima y las causas de su muerte. “La dactiloscopia es el método ideal y más seguro para identificar un cadáver, siempre que su estado de descomposición no sea tan avanzado. Los móviles y autores del crimen son materia de investigación por el delito de homicidio agravado”, enfatizó.
Además, indicaron que el ciudadano presentaba varios disparos en la cabeza, con afectaciones en su masa encefálica. Cabe indicar que en menos de 48 horas se registraron tres homicidios en diversas zonas de Santander de Quilichao, sin que hasta el momento la alcaldesa Lucy Amparo Guzmán se hay pronunciado ante esta racha de crímenes que preocupan a las comunidades.
Dirigentes comunales reiteraron que, ante esta crisis como la que atraviesa Santander de Quilichao, es necesario que todos los entes, como Ejército, Policía, Fiscalía y funcionarios de la Administración Municipal implementen medidas extremas para evitar que el número de personas asesinadas siga creciendo. “Los homicidios y hurtos están desatados, el consumo de todo tipo de alucinógenos mezclados con alcohol es desbordado, el miedo, la zozobra e inseguridad cada día se sienten con más fuerza. Es complicado vivir en Santander, no hay tranquilidad para nada”, enfatizaron los líderes de las diferentes veredas y barrios.
