Ucrania busca misiles Tomahawk y Rusia enciende las alarmas: ¿por qué esta arma preocupa al Kremlin?

[responsivevoice_button voice="Spanish Latin American Male" buttontext="Escuchar Noticia"]
Compartir en

La posibilidad de que Estados Unidos suministre misiles Tomahawk a Ucrania ha reactivado la tensión entre Moscú y Washington. Aunque aún no hay una decisión final, el expresidente estadounidense Donald Trump ha dejado abierta la puerta al envío de estos misiles de largo alcance si Rusia no muestra voluntad de negociar una salida pacífica a la guerra.

La administración ucraniana, por su parte, considera que disponer de armamento de este tipo no solo fortalecería su capacidad defensiva, sino que también podría presionar a Rusia hacia la mesa de diálogo. El presidente Volodímir Zelenski aseguró recientemente que, en caso de recibir estos misiles, su uso se limitaría estrictamente a objetivos militares dentro del territorio ruso.

Preocupación en el Kremlin

Desde Moscú, las señales son claras: el posible suministro de Tomahawks sería visto como un cambio significativo en el curso del conflicto. El presidente ruso Vladímir Putin afirmó que aunque no considera que estos misiles representen una amenaza estratégica grave, su entrega a Ucrania marcaría “una nueva y cualitativa etapa de escalada” con Estados Unidos.

El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, fue más directo y expresó en la televisión estatal que el tema causa “una profunda preocupación” en el gobierno ruso, que ya ha advertido anteriormente contra la entrega de armamento occidental avanzado a Kiev.

¿Qué son los misiles Tomahawk?

Los Tomahawk son misiles de crucero subsónicos diseñados para ataques de precisión a larga distancia. Aunque fueron concebidos inicialmente en los años 70 como portadores de ojivas nucleares, hoy existen versiones convencionales que alcanzan hasta 2.500 kilómetros de distancia, dependiendo del modelo.

Estos misiles pueden lanzarse desde barcos, submarinos y plataformas terrestres, y son conocidos por su capacidad de volar a muy baja altitud, lo que les permite eludir sistemas de defensa aérea. “Es el misil de crucero convencional más avanzado y con mayor alcance en el arsenal occidental”, señala el analista militar ucraniano Konstiantyn Krivolap.

Tras la firma del Tratado INF en 1987 entre EE. UU. y la URSS, se desmantelaron los Tomahawk terrestres. Pero después de que EE. UU. abandonara el tratado en 2019, durante el primer mandato de Trump, se reactivaron varias de esas plataformas de lanzamiento. Krivolap opina que precisamente esta variante terrestre sería clave para Ucrania.

Un arma con historial

Desde su primera utilización en 1983, los Tomahawk han sido parte central en varias intervenciones militares de Estados Unidos, incluyendo operaciones en Irak, Libia y Siria. Según el Centro de Lucha contra la Desinformación del Consejo de Seguridad y Defensa de Ucrania, estos misiles demostraron ser eficaces contra sistemas antiaéreos rusos durante los ataques en Siria en 2017 y 2018.

El próximo encuentro entre Zelenski y Trump, previsto para este 17 de octubre en Washington, tendrá como tema principal el refuerzo de la defensa aérea ucraniana y el posible suministro de armas de largo alcance. Aunque no se espera un anuncio inmediato, el simple hecho de que se discuta la entrega de Tomahawks ya ha elevado la tensión diplomática.


Compartir en