Turismo responsable impulsa la economía y la conservación

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En La Florida, Nariño, el turismo responsable se ha convertido en un motor de desarrollo económico y ambiental, gracias a la visión de emprendedores locales comprometidos con la conservación del territorio. Uno de estos proyectos, liderado por Juan Pablo Riascos, ha logrado consolidar un espacio donde la naturaleza, la aventura y la educación ambiental conviven para ofrecer experiencias inolvidables a quienes buscan una conexión real con la vida silvestre.

Hace cinco años, Juan Pablo soñaba con crear un lugar que uniera la recreación con el respeto por la naturaleza. Así nació la Reserva El Encanto, un destino que promueve el ecoturismo y la conciencia ambiental. Lo que comenzó como una idea sencilla ha evolucionado hasta convertirse en una propuesta integral que atrae a visitantes locales y nacionales, interesados en conocer la riqueza natural de esta región nariñense y contribuir a su preservación.

Historia

El camino de Juan Pablo no ha estado exento de desafíos. Al inicio, la idea de crear un espacio ecoturístico parecía lejana, pero su pasión por la naturaleza y el deseo de cuidar el territorio fueron la base para darle vida al proyecto. “Cada día aprendemos algo nuevo sobre ecoturismo y reafirmamos que amar la vida silvestre es nuestra mayor motivación”, afirma el emprendedor.

La Reserva El Encanto nació con un objetivo claro: educar y sensibilizar a la gente sobre la importancia de conservar los recursos naturales. A través del avistamiento de aves, talleres educativos y la interacción directa con la biodiversidad, Juan Pablo y su equipo han logrado que más de 50 especies de aves, mariposas y plantas encuentren aquí un espacio seguro. La propuesta ha ganado reconocimiento no solo por su belleza paisajística, sino también por su compromiso con la sostenibilidad.

Aventura

Uno de los grandes atractivos del lugar es su puente tibetano de 100 metros de altura, que combina adrenalina y paisajes únicos. Equipado con líneas de vida, arneses, cascos y guantes, brinda seguridad para que los visitantes disfruten del vértigo mientras contemplan la imponencia de la cascada que lo rodea. El sendero hacia las cascadas, cuidadosamente trazado, ofrece una experiencia inmersiva en la naturaleza, revelando rincones mágicos que invitan a la contemplación y al respeto por el entorno.

Recomendaciones

Para disfrutar de una experiencia segura y responsable, Juan Pablo comparte varias recomendaciones: caminar con precaución, evitar correr en terrenos irregulares, usar bastones para mantener la estabilidad, llevar suficiente agua y snacks para conservar la energía y prestar atención a las señales del sendero. Además, insiste en que “la basura es responsabilidad de quien la produce”, subrayando la importancia de dejar los espacios naturales tal como se encontraron. Con un enfoque en minimizar los impactos negativos y maximizar los beneficios para la comunidad, la iniciativa se ha posicionado como un referente de turismo sostenible en el suroccidente colombiano. Los visitantes disfrutan de una oferta variada: camping equipado con carpas cómodas, un sendero ecológico de un kilómetro que conduce a tres cascadas impresionantes y una biodiversidad de flora y fauna que sorprende en cada paso.


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