Trump reafirma su plan para desalojar Gaza.

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Detrás de las promesas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de convertir Gaza en una “Riviera del Oriente Medio”, está un plan para expulsar a una población de su tierra, señalan grupos defensores de derechos humanos, y advierten que podría ser un crimen de guerra de acuerdo con el derecho internacional.

Trump reafirmó esta semana sus promesas de desalojar permanentemente a los más de dos millones de palestinos en Gaza, señalando que no se les permitiría regresar, y en un momento dado, sugirió que podría obligar a Egipto y Jordania a acogerlos, amenazando a esos países con retirarles la ayuda que reciben de Estados Unidos.

Ya sea que se trate de una táctica de negociación, de una distracción o de algo serio, los palestinos han rechazado rotundamente la idea de irse. Algunos dicen que las declaraciones de Trump normalizan su eliminación y deshumanización y amplifican la idea de que no tienen ningún vínculo con su tierra ni derecho a sus hogares.

“Habla como si los palestinos fueran ganado, como si pudieras moverlos de un lugar a otro. No tienen poder de decisión, no tienen voz”, dijo Munir Nuseibah, profesor de derecho internacional de la Universidad Al-Quds de Jerusalén.

Estados Unidos tomaría entonces el control del territorio y lo reconstruiría como una “Riviera” para “la gente del mundo”.

Los palestinos han dejado claro que no quieren abandonar Gaza, la parte de su patria que aún les queda, junto con algunos sectores de Cisjordania, tras las guerras de 1948 y 1967 en Oriente Medio. A pesar de la devastación del enclave, los palestinos han mostrado su firme decisión de quedarse y reconstruir con la ayuda internacional prometida en el alto el fuego con Israel, mediado por Estados Unidos.


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