El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, volvió a situarse en el centro de la controversia tras presentar una demanda por difamación contra el prestigioso diario The New York Times, al que acusa de haber publicado informaciones falsas y malintencionadas sobre sus finanzas personales. La acción judicial busca una compensación millonaria por los supuestos daños causados a su reputación, alegando que el medio habría actuado con “intención política” para perjudicar su imagen en plena carrera por recuperar la Casa Blanca.
En la demanda, Trump sostiene que las investigaciones del Times sobre su declaración de impuestos y el manejo de sus empresas familiares fueron producto de una “conspiración mediática” para desacreditarlo ante la opinión pública. Sus abogados aseguran que el periódico incurrió en prácticas periodísticas “maliciosas”, mientras que el medio de comunicación defiende su trabajo como parte del derecho constitucional a la libertad de prensa y el interés público en las finanzas de un expresidente.
El caso ha reavivado el debate sobre los límites entre el periodismo investigativo y la difamación en Estados Unidos. Analistas consideran que, más allá del resultado judicial, el movimiento de Trump busca fortalecer su narrativa de persecución por parte de los medios tradicionales y afianzar su base política con miras a las elecciones de 2026. Entretanto, el New York Times reafirmó su compromiso con la transparencia informativa y anunció que responderá con firmeza en los tribunales para defender la libertad de expresión.
