Trump elimina aranceles al café y otros alimentos básicos: café colombiano vuelve a 0 % en EE. UU.

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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó un decreto que elimina el arancel del 10 % que desde abril gravaba las importaciones de café, carne de res, tomate y banano. Esta decisión marca un giro en la política de “arancel mínimo recíproco” que su gobierno había implementado, bajo el argumento de que el déficit comercial representaba un riesgo para la seguridad nacional. La medida llega en un momento de fuerte presión social por el aumento del costo de vida en Estados Unidos, donde la inflación continúa siendo una preocupación central para la ciudadanía y, por consiguiente, para la Casa Blanca.

En el caso del café, el cambio tiene un impacto directo sobre Colombia, uno de los principales exportadores de este producto al mercado estadounidense. Más de 4,4 millones de sacos de café colombiano ingresan cada año a Estados Unidos, por lo que el retorno al arancel 0 % implica un alivio inmediato en la cadena de comercialización. La Federación Nacional de Cafeteros confirmó que la eliminación de la tarifa aplica a todos los orígenes del grano, beneficiando tanto a las exportaciones colombianas como a las de otros países que también habían sido afectados por la medida.

El arancel del 10 %, impuesto desde el 2 de abril, había alterado el mapa comercial del sector cafetero. Colombia se encontraba en un punto intermedio frente a competidores como Brasil, Vietnam o Nicaragua, cuyos cafés pagaban tarifas mucho más altas bajo el esquema recíproco: 50 %, 20 % y 18 %, respectivamente. Con el regreso de todos los orígenes al 0 % de arancel, desaparece la ventaja relativa que Colombia tenía frente a estos países, pero se restablecen las condiciones normales del mercado, esenciales para un sector que compite principalmente por calidad más que por precio.

La medida también está dirigida al electorado estadounidense. Al eliminar el arancel sobre productos de consumo masivo —como café, carne, frutas y verduras—, el gobierno busca reducir los precios de la canasta básica y enviar un mensaje de que está actuando frente a las preocupaciones económicas. El decreto forma parte de un paquete de ajustes arancelarios anunciados en la misma semana, orientados a aliviar la presión inflacionaria antes de un calendario político especialmente sensible.

Para Colombia, el impacto es doble. Por un lado, el café recupera condiciones favorables en su principal destino de exportación, lo que ayuda al sector en un momento en el que sus ventas hacia Estados Unidos crecían más de 14 % entre enero y agosto de 2025, incluso bajo el arancel del 10 %. Por otro lado, el regreso de los grandes productores del mundo al mismo nivel arancelario hace que la competencia vuelva a intensificarse. En este escenario, el sector cafetero colombiano deberá seguir apostando por los factores que históricamente le han permitido sobresalir: calidad, trazabilidad, diferenciación y una sólida construcción de marca país.

En síntesis, la retirada del arancel representa un respiro comercial para Colombia y un intento de la Casa Blanca por controlar los precios internos, mientras que para el mercado internacional del café implica un retorno a la competencia en igualdad de condiciones después de meses de distorsiones arancelarias.


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