El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado su intención de designar a los cárteles mexicanos de las drogas como organizaciones terroristas extranjeras tan pronto como asuma el poder el 20 de enero de 2025. Durante un mitin en Phoenix, Arizona, Trump reiteró su postura, asegurando que tomará esta medida «inmediatamente», reviviendo una propuesta que había considerado durante su anterior mandato (2017-2021), pero que había archivado tras las objeciones del entonces presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador.
Trump y su postura frente a los cárteles
El magnate republicano expresó su frustración por lo que considera una amenaza continua a la seguridad de Estados Unidos debido al tráfico de drogas, particularmente el fentanilo, y la migración indocumentada proveniente de México. Según Trump, este tipo de actividades criminales afectan gravemente a la nación y justifican una respuesta más contundente por parte de Estados Unidos, independientemente de las implicaciones que pueda tener para la soberanía de México.
En su discurso, Trump también mencionó una conversación reciente con la nueva presidenta de México, Claudia Sheinbaum, quien asumió el cargo en diciembre. Según Trump, durante esta llamada telefónica de noviembre, le advirtió de forma «muy fuerte» sobre estos problemas, subrayando que Estados Unidos «no va a aguantar más» la situación.
Rechazo de Sheinbaum a la intervención extranjera
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha rechazado categóricamente la designación de los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas. En un acto público reciente en Mazatlán, Sinaloa, donde se encuentra lidiando con una ola de violencia criminal, Sheinbaum reiteró que México no aceptará injerencia extranjera. Su postura se basa en una defensa firme de la soberanía del país, argumentando que, aunque México está dispuesto a colaborar en temas de seguridad con otros países, no se someterá a presiones externas que amenacen su independencia.
«Nosotros colaboramos, coordinamos, trabajamos juntos, pero nunca nos vamos a subordinar», afirmó Sheinbaum, destacando que México es un país «libre, soberano e independiente». Aseguró que la estrategia de seguridad del gobierno mexicano no se basa en la «mano dura», sino en la construcción de justicia social y en el fortalecimiento del sistema de justicia.
Tensiones sobre la política migratoria y de seguridad
La relación entre México y Estados Unidos respecto a la lucha contra el narcotráfico y la seguridad se ha mantenido tensa durante años, y la llegada de Trump a la Casa Blanca parece profundizar esas diferencias. Trump ha reiterado su promesa de firmar una orden ejecutiva para cerrar las fronteras de Estados Unidos a los migrantes indocumentados y poner en marcha el mayor plan de deportación de extranjeros en la historia del país. Esta medida, según el presidente electo, también busca desmantelar las pandillas y redes criminales que, en su opinión, han aprovechado la política migratoria de la administración de Joe Biden.
La amenaza de «deportaciones masivas» de miembros de estas organizaciones, en su opinión, es necesaria para restaurar la seguridad en Estados Unidos y detener el flujo de criminales que cruzan la frontera. Sin embargo, estos anuncios han generado una gran controversia y han reavivado las tensiones sobre el trato a los migrantes y las políticas de seguridad en ambos lados de la frontera.
Impacto en las relaciones bilaterales
La designación de los cárteles como terroristas y las políticas migratorias de Trump podrían aumentar aún más la fricción entre Estados Unidos y México. Aunque ambos países han cooperado en el pasado en cuestiones de seguridad y narcotráfico, la postura más agresiva de Trump sobre la seguridad y la inmigración podría poner en peligro la colaboración en estos ámbitos. Además, las declaraciones sobre la soberanía de México y la intervención estadounidense en sus asuntos internos podrían crear un ambiente más tenso, afectando las relaciones diplomáticas.
Por su parte, Sheinbaum, al igual que su predecesor López Obrador, parece estar decidida a mantener la independencia de México en estos temas, reiterando que, si bien están dispuestos a colaborar con Estados Unidos, no aceptarán políticas que comprometan la soberanía nacional.
El futuro de la política de seguridad en México y Estados Unidos
La designación de los cárteles como organizaciones terroristas podría tener implicaciones significativas en las políticas de seguridad de ambos países, ya que abriría la puerta a sanciones más severas contra los actores involucrados, y podría justificar una mayor intervención por parte de Estados Unidos. Sin embargo, la resistencia mexicana a esta medida podría llevar a un conflicto diplomático y a la necesidad de encontrar formas de colaboración más equilibradas.
En resumen, mientras Trump continúa con su enfoque de mano dura sobre la seguridad y la inmigración, la presidenta Sheinbaum mantiene su compromiso con la soberanía y la independencia de México, lo que podría dar lugar a una serie de desafíos diplomáticos en la relación bilateral. La forma en que se desarrollen estas tensiones influirá en el futuro de la cooperación entre ambos países y en la política internacional en torno a la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado.




