Trump plantea usar fuerza militar estadounidense contra el ELN y disidencias de las Farc tras firmar una orden que autoriza al Pentágono a operar directamente en territorio extranjero contra estos y otros grupos narcotraficantes declarados organizaciones terroristas. La directiva, firmada en secreto y revelada en agosto de 2025, tiene como objetivo frenar el flujo de drogas ilícitas hacia Estados Unidos y considera a estas organizaciones una amenaza para la seguridad nacional que justifica el despliegue militar en países como Colombia, México y Venezuela.
El presidente Donald Trump ordenó al Pentágono el uso de la fuerza militar para combatir carteles de la droga latinoamericanos, entre ellos el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las disidencias de las Farc, incluidos también grupos como la Segunda Marquetalia, el Cartel de Sinaloa y el Cartel de los Soles. La decisión se inscribe en la estrategia más agresiva de la administración estadounidense contra el narcotráfico, al considerar que estas organizaciones han pasado de ser solo crimen organizado a ser consideradas como organizaciones terroristas extranjeras, por su vinculación con el tráfico de fentanilo y otras drogas ilegales que amenazan la seguridad de EE. UU.
Esta autorización brinda base legal para que las fuerzas armadas estadounidenses puedan realizar operaciones militares en suelo extranjero y en las aguas territoriales de los países donde actúan estos grupos, medida que representa un desplazamiento significativo de la lucha antinarcóticos de un ámbito policial a uno militar. La orden ha generado cuestionamientos respecto a la cobertura legal y el riesgo de víctimas civiles en estas operaciones, que implicarían acción directa de tropas en terceros países, incluyendo Colombia. Por lo pronto, dentro del gobierno estadounidense están elaborando opciones tácticas para estas intervenciones.
En Colombia, tanto el ELN como las disidencias de las Farc están reconocidos como actores armados ilegales y siguen activos pese a los acuerdos de paz de 2016, vinculados con actividades ilícitas como el narcotráfico, la minería ilegal y la extorsión, contribuyendo a la persistencia del conflicto armado interno. Esta medida militar de EE. UU. añade una nueva dimensión a la presión internacional sobre dichos grupos y a la dinámica del complejo conflicto armado colombiano.
Otros actores implicados incluyen el Cartel de los Soles, vinculado con el régimen venezolano de Nicolás Maduro, a quien Washington acusa directamente de narcotráfico y por quien se ofrece una recompensa de 50 millones de dólares, lo que evidencia la intención de la administración Trump de establecer una ofensiva regional amplia contra el narcotráfico desde una perspectiva militar y de seguridad nacional.




