Durante la última edición de los Premios Nacionales de Cultura, el Ministerio de Cultura de Colombia otorgó dos reconocimientos que resaltan la importancia del trabajo artístico desarrollado en la ciudad de Ipiales, Nariño. Estos premios destacan trayectorias ejemplares que han contribuido al fortalecimiento del patrimonio inmaterial del país.
La ciudad fronteriza recibió con orgullo los galardones concedidos a dos de sus más representativos creadores: Fabio Verdugo Flórez y Guillermo Pilpud Moreno. Ambos han dedicado sus vidas a fomentar el arte desde la educación, el teatro y la celebración de las tradiciones locales.
El maestro Fabio Verdugo Flórez fue distinguido por su aporte a las artes escénicas. Su incansable labor en la promoción del teatro ha impactado generaciones de jóvenes, consolidando espacios de expresión y reflexión cultural en la región sur del país.
En la misma categoría, Guillermo Pilpud Moreno fue reconocido por su compromiso con la formación artística de docentes y estudiantes. Su trabajo ha sido fundamental para la continuidad del Carnaval de Ipiales, expresión festiva clave en la identidad local.
Estos premios, entregados en la categoría Experiencias, Procesos y Saberes Artísticos, reafirman el valor del trabajo comunitario y del liderazgo en la transmisión de saberes ancestrales y contemporáneos.
Ipiales, con estos logros, se posiciona como epicentro de creación, pedagogía y preservación de la memoria colectiva. El impacto de los homenajeados trasciende las aulas y los escenarios, llegando al corazón mismo de la cultura nariñense.
La trayectoria de ambos artistas demuestra cómo la dedicación a lo local puede convertirse en un ejemplo nacional. Sus acciones han fortalecido el sentido de pertenencia y han abierto nuevas posibilidades para el desarrollo cultural en el territorio.
El reconocimiento institucional resalta también la necesidad de continuar apoyando estos procesos desde las políticas públicas, permitiendo que más regiones visibilicen sus expresiones auténticas. La influencia de Verdugo y Pilpud no solo se refleja en su legado personal, sino en la huella que han dejado en las nuevas generaciones que hoy toman la posta de sus enseñanzas.



