El Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) ha emitido una sentencia histórica que establece límites estrictos al uso de sistemas de inteligencia artificial en la toma de decisiones judiciales automatizadas. El fallo se basa en la protección del derecho a un juicio justo y la necesidad de supervisión humana en todo procedimiento judicial, especialmente cuando la tecnología podría influir directamente en el veredicto o en las penas impuestas.
La decisión responde a un caso presentado en Alemania, donde un software predictivo fue utilizado para calcular el riesgo de reincidencia de un acusado. El TJUE concluyó que, si bien la tecnología puede asistir en ciertos aspectos del proceso, su uso no puede reemplazar la evaluación jurídica realizada por un juez. Este fallo podría sentar un precedente para otros países europeos que exploran la digitalización de sus sistemas judiciales, marcando un límite claro entre eficiencia tecnológica y garantías procesales.




