Transformando vidas

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Mujeres y hombres que buscan una nueva oportunidad para volver a encontrarse consigo mismos.

Daniela Naranjo

RESCATANDO SUEÑOS PERDIDOS

Ministros Competentes es una fundación que se dedica a transformar las vidas de hombres y mujeres que, por distintas circunstancias, cayeron en las garras de la drogadicción, un enemigo silencioso que los atrapó poco a poco, llevándolos a la dependencia. Lin, como muchos lo llaman dentro de la fundación, junto con su familia, ha asumido la misión de brindar segundas oportunidades a quienes luchan por salir de este oscuro camino. 

Una organización que ve en cada persona mucho más que su adicción, centrándose en su capacidad de transformación y reconstrucción. Con un enfoque profundamente humano y comprensivo, la fundación trabaja incansablemente para apoyar a quienes más lo necesitan, historias que impactan pero que también reflejan aquella pasión por querer vivir y por cumplir esos sueños que en algún momento llegaron a quedar en el pasado. 

EN MEDIO DE MELODÍAS

Valentina Ramírez, una joven de 20 años, de tez morena y baja estatura, me recibió con una sonrisa que reflejaba las duras batallas que ha enfrentado durante años. Durante la entrevista, comenzó a contarme cómo su vida cambió desde el primer día que probó las drogas: “Desde pequeña, empecé a consumir por simple curiosidad, sin imaginar que ese primer contacto, a los 10 años, marcaría mi vida tan profundamente, haciéndome perder amigos y muchas oportunidades”, me relató Valentina. 

Lo que más me sorprendía era su constante sonrisa, a pesar de todo lo que había vivido. A través de las canciones que compartía, mostraba cómo su amor propio había ido regresando poco a poco. Hoy, Valentina se dedica a maquillar y peinar a sus amigas, creando con sus propias manos nuevas oportunidades para sonreír, una sonrisa que refleja todo lo que ha logrado superar.

ESPERANZA

Luisa Fernanda Moreno, una mujer carismática de tez blanca y baja estatura, me recibe con una sonrisa que oculta las profundas luchas internas que ha enfrentado. Hace cinco meses, ingresó a esta fundación en busca de dejar atrás el consumo de drogas, un camino que comenzó por mera curiosidad. Antes de sucumbir a las adicciones, Luisa era una mujer independiente, que había iniciado tres carreras, pero lamentablemente no logró concluir ninguna debido a la vorágine de su vida. 

El consumo diario la deterioró tanto física como emocionalmente, una realidad que le costó reconocer, adaptarse a la convivencia con 30 mujeres, cada una con sus propias historias de vida, ha sido un desafío para ella. Sin embargo, Luisa se aferra a la esperanza y está decidida a recuperar su vida. Su sueño de retomar los estudios en psicología arde con fuerza, y cada día representa una nueva oportunidad para reconstruir su futuro y alcanzar las metas que aún guarda en su corazón.


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