La misión que debía ser una operación encubierta para desmantelar una red criminal se convirtió en una trampa mortal. El subintendente José Reyes fue asesinado en el municipio de Corinto, Cauca, después de que su identidad fuera expuesta, lo que llevó al fatal desenlace. Según los reportes, la operación falló cuando la cobertura de Reyes se vio comprometida, permitiendo que sus objetivos lo identificaran como un agente de la ley. La traición, o un error en la planeación, dejó al suboficial desprotegido en un territorio de alto riesgo, lo que le costó la vida. Este trágico evento subraya los peligros extremos que enfrentan los agentes de inteligencia en la lucha contra el crimen organizado en una de las zonas más convulsas del país.
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