La colonia colombiana en Zaragoza, España, se encuentra de luto por el tráfico fallecimiento de Kevin Santiago Arias Toscano, un joven domiciliario de 22 años que falleció tras la explosión de la batería de su bicicleta eléctrica mientras la cargaba en su apartamento ubicado en el barrio Torrero.
El accidente, registrado el pasado 12 de julio, derivó en un incendio que consumió el inmueble y le causó al joven una serie de quemaduras sobre el 95 % del cuerpo. Pese a que Arias Toscano alcanzó a ser llevado de urgencia a un hospital, su delicada condición derivó en su muerte, tres días después, en la unidad de cuidados intensivos donde se encontraba por a la gravedad de sus heridas.
Días antes, la víctima había comunicado a sus allegados la intención de cambiar la batería y ya que encontraba ahorrando para una versión mejorada, herramienta esencial para el trabajo que le permitía sostenerse en el país ibérico.
Debido a la tragedia, la familia de Kevin Santiago, desde Bogotá, hizo un llamado de atención acerca de los riesgos derivados por el mal uso y almacenamiento inadecuado de las baterías de litio, conocidas por su potencial de sobrecalentamiento y explosión cuando presentan fallas o se cargan incorrectamente.
Riesgo latente
Los accidentes relacionados con las baterías de bicicletas eléctricas, aunque poco frecuentes, no son inéditos. Casos similares se registran ocasionalmente en distintos lugares del mundo, propiciados por la deficiente calidad de las baterías, la falta de especificaciones claras en los cargadores o el uso de componentes no certificados. Estas condiciones incrementan el riesgo de calor extremo, conocido como “thermal runaway”, que puede desembocar en incendios o explosiones
Estadísticamente, estas incidencias son raras en comparación con el tráfico diario o accidentes más comunes de movilidad urbana, pero su gravedad las convierte en un foco importante de seguridad tecnológica y regulatoria en la industria, [fuentes tecnológicas reconocidas].




