Tragedia en Sutatenza: un ataque interno en base militar deja dos muertos y dos heridos
El pasado 25 de mayo, una tragedia sin precedentes sacudió la Base Militar Irzón, ubicada en zona rural de Sutatenza, Boyacá, cuando un soldado regular abrió fuego contra su teniente, provocando su muerte. En medio de la reacción de los uniformados, el agresor también fue abatido, dejando además a dos militares gravemente heridos.
De acuerdo con el comunicado oficial emitido por el Ejército Nacional, el responsable fue el soldado James Lozano Daza de tan solo 19 años, quien disparó en repetidas ocasiones contra su superior, el teniente Jeisson Alejandro Higuera Duarte, causándole la muerte en el acto.
Confusión y caos en medio del ataque
El tiroteo ocurrió durante una situación que aún es materia de investigación. Tras los disparos iniciales, el caos se apoderó del lugar. Soldados presentes intentaron reducir al agresor, pero en el cruce de disparos resultaron heridos el soldado regular Edgar Pérez Ballesta y el soldado profesional Estiben Gutiérrez Martínez. Ambos fueron evacuados con urgencia al Hospital Regional del Valle de Tenza, en Guateque. Uno de ellos, con heridas en abdomen, brazo y omóplato, tuvo que ser remitido a un centro de mayor complejidad.
El agresor, James Lozano, fue neutralizado dentro de la misma base militar. La pronta reacción de los uniformados evitó una tragedia aún mayor.
¿Qué pasaba dentro de la base militar? La versión de la madre del agresor
En entrevista con medios de comunicación regionales, la madre de James Lozano, oriundo de Guateque, aseguró que su hijo «no era una persona violenta» y que, presuntamente, «fue provocado dentro de la base». Esta versión plantea interrogantes sobre el ambiente dentro de la instalación militar, donde distintas personalidades conviven en condiciones de alta presión y exigencia psicológica.
No se trata de justificar lo injustificable, pero es fundamental indagar sobre el clima interno de las unidades militares, la carga emocional de los soldados, y si existen antecedentes de conflictos internos que pudieran haber escalado a esta situación límite. En este caso, la versión materna exige que la investigación vaya hasta el fondo.
Investigación y acompañamiento institucional
El Ejército Nacional informó que ha desplazado al lugar una comisión inspectora y un equipo interdisciplinario para esclarecer los hechos y brindar acompañamiento psicológico a los soldados de la base.
«De manera preliminar, se ha establecido que el soldado SL18 James Lozano Daza disparó en repetidas ocasiones, causando la muerte del teniente; en medio de la acción y reacción, dos soldados que llegaron a reducir al agresor resultaron heridos antes de lograr neutralizarlo, evitando de esta manera que se registraran más muertos o heridos», precisa el comunicado.
Un caso que exige respuestas
Este episodio no solo deja dos muertos y dos heridos, sino que abre una herida profunda en la institución castrense y en el país entero.
¿Qué llevó a un soldado a disparar contra su teniente? ¿Hubo negligencia en el acompañamiento psicológico? ¿Existieron señales de alerta que fueron ignoradas? ¿Qué mecanismos existen al interior del Ejército para prevenir estos episodios?
Estas preguntas no pueden quedar sin respuesta. El caso Sutatenza debe marcar un antes y un después en la forma como se atiende el bienestar mental y emocional de los soldados.
El soldado James Lozano fue abatido tras disparar contra su teniente, dejando además dos heridos en la Base Militar Irzón. Las causas del ataque siguen bajo investigación. La madre del agresor alega que pudo haber sido provocado.
Más allá de una tragedia, un llamado urgente a la verdad
Este caso no puede cerrarse solo con un parte oficial. Debe abrirse paso a una investigación rigurosa, imparcial y profunda que lleve hasta la verdad completa. Una verdad que no solo diga lo que pasó, sino por qué pasó.
A las familias de los militares fallecidos y heridos, toda la solidaridad. A la institución militar, la exigencia de actuar con transparencia. Y al país, el llamado a mirar de frente una problemática que ya no puede seguirse ignorando.




