Gregory Kelemen se despertó fuera de sí el pasado lunes por la mañana y tomó el bate de béisbol que siempre tiene bajo su cama y comenzó a golpear a su esposa que dormía al lado de él. “No puedo soportarlo más”, alcanzó a decir mientras violentaba a la mujer. Luego, al no haber podido lastimar a su esposa, Kelemen se dirigió hacia donde estaba Katherine, su hija de 22 años, y la asesinó a batazos dentro de esa vivienda en Voorthees, Nueva Jersey, según los registros policiales citados por el Daily Voice.
Cuando terminó la agresión contra ella, Sheri Kelemen, de 57 años, se arrastró hasta la habitación de su hija donde la encontró ensangrentada e inconsciente, por lo que llamó a las autoridades para informar que su esposo la había agredido a ella y a su hija con el bate. Cuando terminó la agresión contra su esposa, la mujer se arrastró hasta la habitación de su hija donde la encontró ensangrentada e inconsciente.
Un día después, el cuerpo del hombre fue hallado con una bala autoinfligida en la cabeza en una zona boscosa. Por el momento, familiares a las víctimas se encuentran consternados ante este sangriento crimen, por lo que no se explican cómo Gregory Kelemen, pudo hacer algo de esa magnitud, si siempre se caracterizó por ser un hombre muy tranquilo.
