Emergencia atendida en minutos, pero la tragedia ya era irreversible
El pasado 11 de abril de 2025, a las 4:43 p. m., la Defensa Civil respondió a un llamado de emergencia reportado por Bomberos Duitama, sobre un grave accidente ocurrido en una obra de construcción ubicada en la carrera 10 #19-71, en inmediaciones del colegio Jesús Eucaristía y el centro comercial Innovo Plaza.
Al llegar al lugar, las unidades de socorro encontraron a un joven, presuntamente identificado como Alexander Soler, de 23 años, con lesiones severas y sin signos vitales. Aunque algunos testimonios apuntan a que una viga de hierro habría caído sobre él, las causas exactas del hecho aún no han sido confirmadas oficialmente y están siendo investigadas por las autoridades competentes.
Esto informó la Defensa Civil
“El 11 de abril de 2025, a las 16:43 horas, se recibió un llamado de emergencia de parte de Bomberos Duitama reportando un accidente en una obra de construcción ubicada en carrera 10 #19-71. Al llegar al lugar, se encontró a un hombre de aproximadamente 23 años con lesiones graves y sin signos vitales. Las causas del incidente aún son desconocidas y se están llevando a cabo las investigaciones pertinentes. Las autoridades competentes han iniciado los trámites necesarios, y el personal de actos urgentes está realizando el levantamiento del cuerpo. Se hace un llamado a la comunidad para que se mantenga informada a través de los canales oficiales y se recuerda la importancia de seguir las normas de seguridad en los lugares de trabajo para prevenir este tipo de accidentes”.
Investigación en curso y dolor colectivo
El cuerpo fue levantado por personal de actos urgentes, mientras las autoridades avanzan en la recopilación de pruebas y testimonios para determinar con claridad qué fue lo que ocurrió y si hubo algún tipo de falla humana, técnica o estructural.
Aunque hay versiones extraoficiales que hablan de una posible caída de material pesado, hasta que no se emita un reporte oficial, todo se mantiene en el terreno de la hipótesis.
Mientras tanto, el ambiente en la comunidad y entre los trabajadores es de desconcierto y profunda tristeza. La muerte de un joven en su jornada laboral vuelve a poner sobre la mesa la urgencia de fortalecer los protocolos de seguridad en las obras civiles y el compromiso de todos los actores implicados para que tragedias como esta no se repitan.
Una viga, una caída, un silencio. La tragedia ocurrió en cuestión de segundos, y hoy una familia espera respuestas.
Desde este espacio enviamos un mensaje de solidaridad a la familia, amigos y compañeros del joven fallecido. Que haya verdad, claridad y responsabilidad frente a este hecho tan lamentable. Porque una vida no puede perderse en medio del silencio técnico o la negligencia sin rostro. El dolor existe, la pérdida es real, y las respuestas son necesarias.
