La histórica Torre del Tambor de Fengyang, un tesoro arquitectónico de más de 650 años perteneciente a la dinastía Ming, sufrió un colapso parcial devastador el pasado 20 de mayo, apenas años después de una costosa intervención de restauración ejecutada entre 2023 y 2024.
Este dramático derrumbe ha sacudido al mundo de la conservación patrimonial china y ha desatado una tormenta de cuestionamientos sobre la calidad de los trabajos de rehabilitación realizados en el emblemático monumento, que representaba uno de los últimos vestigios arquitectónicos de la antigua capital imperial.
Expertos en patrimonio histórico expresan su consternación ante la pérdida irreparable de elementos estructurales que habían resistido sismos, guerras y el paso de más de seis siglos, sugiriendo que técnicas inadecuadas en la restauración reciente podrían haber debilitado la integridad del conjunto.
Las autoridades culturales chinas han iniciado una investigación urgente para determinar las causas del colapso, mientras crece la polémica sobre los criterios utilizados en la intervención que, paradójicamente, debía garantizar la preservación del monumento para las futuras generaciones.
Esta catástrofe patrimonial se suma a una serie de incidentes similares en China que han puesto en tela de juicio los métodos de conservación aplicados a sitios históricos de valor incalculable, generando un debate nacional sobre la responsabilidad en el manejo del legado cultural milenario del país.




