Una potente explosión registrada la mañana del jueves 11 de septiembre en una fábrica de juegos pirotécnicos sacudió a los habitantes del barrio Sur América, entre Maracaibo y San Francisco, en el estado Zulia. El estruendo, que se escuchó a dos kilómetros de distancia, destruyó 30 viviendas de lata y madera y causó daños estructurales en otras 60.
Según reportes oficiales, al menos 23 personas resultaron heridas, aunque vecinos aseguraron que los bomberos evacuaron a cerca de 50 afectados de la zona de emergencia. “La fábrica echaba fuego y humo por todas partes. Gracias a Dios estábamos despiertos, porque si hubiéramos estado dormidos no estaríamos contando la historia”, relató Katy Santodomingo, habitante del sector.
Inés Pirela, de 70 años, describió el momento como un terremoto: “Todo se movió, fue como si la tierra temblara”.
Las llamas consumieron por completo la estructura de la fábrica, de la que solo quedó en pie el esqueleto metálico. La nube de humo y las detonaciones de pólvora se prolongaron durante varios minutos, generando pánico entre la población.
El Ministerio del Interior de Venezuela informó que se abrió una investigación para esclarecer las causas de la tragedia y establecer responsabilidades. Por su parte, el gobernador de Zulia, Luis Caldera, anunció la suspensión del suministro de gas en el área para evitar explosiones secundarias.
La emergencia, que dejó una estela de destrucción en uno de los sectores más vulnerables de Maracaibo, pone de nuevo sobre la mesa los riesgos de operar fábricas de pirotecnia en zonas residenciales.
