El 13 de agosto, la comunidad de Jericó sufrió una tragedia minera en la mina «El Mirador», ubicada en la vereda Tapias. Ferney Niño Duarte, un trabajador minero de 32 años originario de Chita, Boyacá, falleció debido a la inhalación de gases tóxicos mientras realizaba labores de mantenimiento en un socavón. Alrededor de las 2:30 p.m., las autoridades recibieron un llamado de emergencia informando del accidente. Según los primeros reportes de la Policía del departamento de Boyacá, Niño Duarte había sido expuesto a una concentración letal de gases como monóxido de carbono, dióxido de carbono y metano, que se habían acumulado en el área confinada. Estos gases, invisibles e inodoros, crearon un entorno extremadamente peligroso, a pesar de los sistemas de ventilación y detectores de gas obligatorios en las minas.
Equipos de salvamento minero y la Policía Judicial se desplazaron al lugar para realizar el rescate y levantar el cuerpo, una tarea compleja debido a los altos niveles de toxicidad en el socavón. La víctima fue trasladada al Instituto de Medicina Legal para la autopsia. La tragedia reveló serias deficiencias en las prácticas de seguridad minera y motivó a las autoridades a intensificar la revisión y refuerzo de los protocolos de seguridad. Los familiares de Niño Duarte recibieron apoyo psicológico y legal, mientras la comunidad minera organizó colectas y veladas en su honor. Este suceso destacó la urgente necesidad de mejorar las medidas preventivas en la minería subterránea.
Las autoridades mineras y de salud ocupacional han hecho un llamado enfático a todas las empresas que operan en la provincia para que revisen sus prácticas de seguridad y garanticen que se cumplan estrictamente todos los estándares necesarios para proteger la vida de sus trabajadores. Este incidente es un recordatorio de los peligros inherentes a la minería subterránea y de la importancia de no escatimar esfuerzos en la implementación de medidas preventivas.




