Hace un mes, el naufragio del «Don Alfredo» conmocionó a la comunidad del Pacífico colombiano. La embarcación, que cubría la ruta entre Buenaventura y El Charco, se hundió en medio de un fuerte temporal, dejando 36 sobrevivientes y cinco desaparecidos, incluyendo tres mujeres y dos menores de edad.
A pesar del tiempo transcurrido, las familias de los desaparecidos siguen sin noticias y denuncian abandono estatal. Exigen la activación de equipos especializados y tecnología de rastreo submarino para encontrar a sus seres queridos. La búsqueda ha sido limitada y sin la rigurosidad necesaria, según los familiares.
La tragedia ha revelado la precariedad de la navegación en el Pacífico, marcada por la falta de controles técnicos y de seguridad. Las familias y la comunidad del litoral exigen medidas para evitar que se repitan tragedias como esta.
En El Charco, las vigilias se han convertido en un símbolo de resistencia y memoria. La comunidad se une para apoyar a las familias de los desaparecidos y exigir justicia. El mar sigue guardando silencio sobre el paradero de los cinco desaparecidos, pero las familias no se renden y siguen clamando por respuestas.
