Indignación y dolor ha causado en Cali la muerte de Marian Estrada Martínez, una joven de 20 años que falleció recientemente tras enfrentar un presunto caso de abuso sexual, acoso laboral y desatención institucional. La historia, marcada por la violencia de género, ha desatado una ola de protestas y llamados a la justicia.
El restaurante
El caso ocurrió presuntamente mientras Marian trabajaba en el restaurante Odiseo Bistro. Según denuncias de allegados la madrugada del 19 de julio de 2024, día de su cumpleaños, Marian fue presuntamente abusada sexualmente por un compañero. A pesar de informar lo ocurrido a su jefe inmediato, su testimonio fue ignorado. Se le pidió que guardara silencio para “mantener la estabilidad del equipo” y continuara trabajando
El jefe
Durante los dos años que laboró allí, Marian también habría sufrido presuntamente acoso constante por parte de su jefe directo. Era observada de forma indebida al cambiarse de ropa o ingresar al baño. A pesar de las señales de alarma, nadie en su entorno laboral tomó acciones para protegerla.
La herida
Como resultado de esta violencia prolongada, Marian intentó acabar con su vida en diciembre del año pasado. Sobrevivió, pero la herida emocional siguió abierta. Semanas antes de su muerte, estuvo hospitalizada por una recaída en su salud mental. Estaba pidiendo ayuda. No la recibió.
Comunicado
El restaurante Odiseo Bistro emitió un comunicado oficial lamentando el fallecimiento y anunciando una revisión interna junto a las autoridades. Además, suspendió preventivamente a los empleados señalados mientras avanzan las investigaciones, aclarando que la medida no implica un juicio anticipado.
Violencia
El caso de Marian no es un hecho aislado, sino un reflejo de una violencia sistemática que enfrentan las mujeres en sus lugares de trabajo y en la vida diaria. La violencia sexual en entornos laborales sigue siendo una realidad silenciada, normalizada y muchas veces encubierta por estructuras jerárquicas que protegen a los agresores y revictimizan a quienes denuncian.
Dignidad
Las mujeres siguen siendo acosadas, tocadas sin consentimiento, expuestas a comentarios degradantes o miradas invasivas, mientras el miedo a perder el empleo, ser señaladas o no ser creídas las obliga a callar. Esta violencia no solo vulnera su dignidad, también afecta gravemente su salud física y mental. La historia de Marian debe marcar un antes y un después: urge construir espacios laborales seguros, donde el respeto sea norma y el silencio cómplice no tenga cabida. La justicia no puede seguir llegando tarde.

															


