El secretario de Gobierno del Huila, Juan Casallas, confirmó que padre e hijo fueron hallados sin vida y con señales de violencia.
La tranquilidad de la vereda Dos Aguas, en el occidente del departamento, se vio interrumpida por un macabro hallazgo que ha causado conmoción en la región. Allí fueron encontrados, en avanzado estado de descomposición, los cuerpos de Johneiber Camayo, de 42 años, y su hijo Franklin Camayo, un adolescente de 14 años, quienes habían desaparecido el pasado 10 de septiembre.
Según reportó el secretario de Gobierno del Huila, Juan Casallas, los cadáveres tenían claros signos de violencia. Los fallecidos fueron localizados en un sector apartado de la zona rural, tras más de dos semanas de incertidumbre para sus familiares y vecinos.
La desaparición
Según versiones conocidas por las autoridades, la búsqueda de las víctimas se retrasó debido a que un familiar cercano habría intimidado a otros parientes para que no denunciaran la desaparición ante los organismos competentes. El hombre, cuya identidad no ha sido revelada, habría asegurado que él mismo se encargaría de encontrarlos, situación que generó temor en la familia y que hoy es objeto de investigación.
Esta circunstancia abre la posibilidad de que allegados de las víctimas estén implicados en el doble homicidio, una hipótesis que no ha sido descartada por los investigadores del caso.
Las víctimas
Johneiber Camayo, de 42 años, era conocido en la zona por desempeñarse en labores agrícolas. Sin embargo, en registros judiciales aparecía con anotaciones por el delito de invasión de tierras, además de haber sido víctima de amenazas en meses anteriores.
Su hijo Franklin, de apenas 14 años, era descrito por sus allegados como un joven tranquilo, cercano a su padre y entusiasta del campo. Su corta edad y las circunstancias en que perdió la vida han generado profundo dolor en la comunidad.
El hallazgo
El descubrimiento de los cuerpos se produjo el lunes en la tarde, luego de que campesinos de la zona reportaran olores extraños provenientes de un área boscosa. Personal de una funeraria privada fue el encargado de dirigirse a la zona para trasladar los occisos al casco urbano para los actos urgentes.
Posteriormente, Medicina Legal confirmó que se trataba de Johneiber y Franklin Camayo, desaparecidos desde hacía 19 días. La inspección reveló signos de violencia que corresponden a un homicidio, aunque aún no se ha establecido con qué tipo de arma fueron atacados.
Hipótesis
Las primeras indagaciones apuntan a que detrás del crimen podría haber una disputa familiar, relacionada con problemas internos y posibles conflictos por tierras. Esta versión cobra fuerza debido a las amenazas recibidas por miembros de la familia para que no interpusieran denuncias en el momento de la desaparición.
