Un sobreviviente del devastador incendio en un centro comercial recién inaugurado en Irak relató que una chispa durante un espectáculo de pirotecnia habría sido el desencadenante de la tragedia. Según su testimonio, las llamas se propagaron en cuestión de segundos por la decoración inflamable del lugar, atrapando a decenas de personas en los niveles superiores del edificio. La falta de salidas de emergencia y la sobreocupación agravaron la situación, provocando el pánico entre los asistentes y dejando un saldo de al menos 60 muertos y decenas de heridos.
Las autoridades locales han iniciado una investigación para determinar responsabilidades, mientras crecen las críticas por posibles fallas en las medidas de seguridad del establecimiento. El centro comercial, que llevaba apenas unos días funcionando, no habría cumplido con todos los protocolos de prevención de incendios, según versiones preliminares. El testimonio del sobreviviente coincide con otros relatos que denuncian la ausencia de rutas de evacuación y extintores operativos. Esta tragedia pone en el centro del debate la regulación de espacios públicos en Irak y la negligencia que, una vez más, cobra vidas en medio de celebraciones mal gestionadas.
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