PINCELES CONTRA EL MIEDO

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Artistas locales se unieron en una jornada de restauración del mural «LAS CUCHAS TENÍAN RAZÓN»

La tarde del pasado domingo, el intercambiador de la Universidad Surcolombiana fue escenario de un acto de resistencia y memoria. Decenas de artistas, colectivos y ciudadanos se congregaron para restaurar el mural «LAS CUCHAS TENÍAN RAZÓN», una obra que, más allá de sus colores y formas, representa el clamor de una comunidad que no quiere olvidar.
Iniciativa
El mural, originalmente creado como una expresión artística frente a las investigaciones de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) sobre los hechos ocurridos en «La Escombrera» de Medellín, había sido vandalizado días atrás por sujetos anónimos. La intervención no solo cubrió parte de la obra, sino que estuvo acompañada de amenazas contra un joven que registraba lo sucedido en video. «Me dijeron que, si seguía grabando, me pegarían un tiro», relató el joven, cuya identidad se reserva por seguridad.
Ante este acto de intimidación, la comunidad no se dejó amedrentar. A través de redes sociales, colectivos artísticos convocaron a una jornada de restauración y memoria. «La memoria no se borra con pintura», declaró Camila Ruiz, integrante del colectivo «Arte y Resistencia». La iniciativa incluyó una olla comunitaria que, al mediodía, reunió a vecinos, estudiantes y transeúntes en torno a un propósito común: recuperar el mensaje del mural y reafirmar la dignidad de las víctimas.
Durante horas, pinceles y brochas devolvieron la vida a las imágenes y palabras que conforman esta obra. «Este mural nos recuerda las voces de las ‘cuchas’, las madres que no se cansaron de buscar a sus hijos desaparecidos», explicó Juan Carlos Ospina, artista local. «Taparlo es intentar borrar la verdad».
Autoridades
La Policía Metropolitana ha anunciado que investiga el incidente, aunque hasta ahora no se han identificado responsables. Por su parte, organizaciones de derechos humanos han solicitado mayor protección para quienes participan en este tipo de iniciativas.
Esta restauración no fue solo una intervención artística, sino una jornada de reflexión sobre la importancia de preservar la memoria colectiva. Los asistentes recordaron que el mural se inspiró en las investigaciones de la JEP, que revelaron cómo «La Escombrera» fue utilizada como sitio de desaparición forzada durante el conflicto armado en Colombia. «Este tipo de ejercicios nos permiten, como sociedad, enfrentar el pasado y evitar que se repitan estos hechos», comentó la socióloga Marta García, presente en la actividad.
La jornada estuvo marcada por múltiples expresiones artísticas: música en vivo, poesía y talleres de arte para niños. «Queremos que las nuevas generaciones comprendan la importancia de la memoria y la verdad», dijo Ruiz. «El arte tiene el poder de conectar a las personas con su historia y con su comunidad».
Comunidad
La comunidad, sin embargo, se mantiene firme. «Este mural es un ejercicio de memoria colectiva», afirmó Ruiz. «Si lo vuelven a tapar, lo volveremos a pintar». Así, entre el aroma del sancocho comunitario y las pinceladas multicolores, la ciudad reafirmó su decisión de no olvidar, incluso cuando la violencia intente silenciar su historia.


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