Thomas Müller tuvo una jornada de ensueño en la MLS al celebrar su cumpleaños número 36 con un hat-trick inolvidable en la goleada 7-0 de Vancouver Whitecaps sobre Philadelphia Union. El alemán no solo firmó tres tantos, dos de ellos desde el punto penal, sino que además fue la gran figura de la cancha en lo que ya es considerado un partido histórico para el club canadiense.
El atacante, que ha construido una carrera llena de éxitos en Europa, demostró que sigue vigente y con hambre de protagonismo. Su capacidad para aparecer en los momentos clave, un sello que lo acompañó durante más de una década en el Bayern Múnich, quedó nuevamente reflejada en un día tan especial para él y para los hinchas de Vancouver.
A lo largo de su trayectoria, Müller ha sido un futbolista único, reconocido por su inteligencia táctica, su oportunismo y su estilo inconfundible dentro del área. Campeón del mundo con Alemania en 2014, dos veces campeón de la Champions League y múltiple ganador de la Bundesliga, su nombre está escrito con letras doradas en la historia del fútbol europeo.
Ahora, en esta nueva etapa en Norteamérica, el alemán demuestra que su calidad no entiende de edad ni de fronteras. Con este hat-trick, Müller no solo celebró un cumpleaños redondo, sino que también reafirmó su rol como líder dentro de un equipo que busca consolidarse en lo más alto de la MLS.
El contraste no pudo ser mayor: mientras Philadelphia, líder de la Conferencia Este, sufrió una de las derrotas más duras de su historia, Müller y Vancouver disfrutaron de una noche perfecta en la que todo salió a pedir de boca. El festejo del alemán terminó siendo la cereza del pastel en una actuación colectiva brillante.
Con 36 años, Thomas Müller sigue demostrando que su carrera está lejos de apagarse. Su legado ya está asegurado en Europa, pero ahora empieza a dejar huella también en América, donde noches como esta quedarán en la memoria no solo de los Whitecaps, sino de todos los que siguen admirando la trayectoria de un futbolista irrepetible.




