Gabriel González Cubillos, el padre del niño Gabriel Esteban, fue enviado a la cárcel por un juez de control de garantías, después de declararse culpable y dar su testimonio.
El hombre fue imputado por homicidio agravado y no recibirá ninguna rebaja ni beneficio, al tratarse de un delito contra un menor de edad.
Durante la audiencia en su contra, el hombre aceptó haber asesinado el pequeño. De acuerdo con expertos penalistas, Gabriel González podría enfrentarse a una pena entre los 45 y 55 años de cárcel.
El padre, Gabriel González, dio su testimonio de una forma cruda y sin remordimiento a los investigadores los detalles del asesinato de su hijo.
Lo asfixié con la almohada de la habitación y tuve que usar todo el peso de mi cuerpo, porque el niño intentó defenderse.
contó González.
El acto fue cometido en el hotel El Rey en Melgar, como acto de venganza hacia la madre del niño, por no querer volver con el hombre.
El asesino en su testimonio dejó en claro que el crimen lo tenía fríamente calculado, desde hace más de dos semanas.
Dijo, con mucha tranquilidad, que recogió al niño en la casa de su exesposa, en el sur de Bogotá, y salió con destino a Melgar hacia el hotel que escogió como sede de su venganza.
González les dijo a los funcionarios, encargados de vigilarlo luego de su captura, que tenía claro que el crimen lo cometería un fin de semana, el espacio de tiempo que las autoridades le dieron para visitar al niño.
Sin embargo, no podría hacerlo tan fácil, por lo que se la ingenió para grabar un video con su celular, lo descargó en un computador y lo guardó en una USB.
Antes de llevarme el niño, me metí al baño de la casa de Consuelo y dejé la USB con el video, escondida para que no lo encontrara tan fácil. En ese video le decía que iba a matar al niño y luego me suicidaría.
continuó el asesino con su testimonio.
Siguió su testimonio puntualizando la hora exacta en la que llamó a la madre de Gabriel: 3:50 a. m. del lunes 5 de septiembre. Le pidió buscar la USB en un punto específico del baño.
La llamé y le dije que buscara, que le advertí y no hizo caso, ahora ella también sería responsable.
Uno de los investigadores aseguró que era muy frustrante escuchar al padre de Gabriel, pues hablaba sin ningún tipo de remordimiento.
Todo lo planeó en detalle y con varios días de anticipación. Era muy difícil escucharlo, daban ganas de castigarlo por el crimen, pero debíamos cuidarlo, eso es más difícil de entender.
Siguió Gabriel González con su testimonio, contando que después de asesinar a su hijo pasó tres horas junto al cuerpo, dando vueltas en una habitación de dos metros cuadrados, en el segundo piso del hotel.
El medio de comunicación Semana recorrió la escena del crimen y aseguró que la distribución de la habtación impidió a la camarera observar el cuerpo del niño una vez el asesino salió con la excusa de buscar el desayuno.
“Cuando la camarera abre la puerta ve la repisa, y ahí estaban las maletas. Por eso ella cerró inmediatamente, no ingresó e informó que los huéspedes no se habían ido del hotel. Incluso, cuando entré con la policía a la habitación, no me percaté del cuerpo. El uniformado me pidió abrir el baño, luego giró la cabeza y se espantó. ¡Uy, ahí está! Salgamos de acá, me dijo.
contó el administrador del hotel.
El hombre finalizó su testimonio sin escrúpulos, contando lo que hizo después de asesinar a su hijo con sus propias manos.
Cuando lo asfixié fui al baño, pero no encontré con qué ahorcarme. Así que tomé 40 pastillas que llevaba en un frasco y que supuestamente eran fulminantes, pero no pasó nada.
finalizó el asesino.
Los investigadores, por su parte, aseguraron que el hombre confesó no sentir nada, ni remordimiento, ni culpa, por el contrario sentía orgullo y satisfacción por sus actos.
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