El 1 de marzo de 2024 fue la última vez que se tuvo noticia de Kelly Johanna Plazas Maná, agente inmobiliaria de 37 años en Neiva. Ese día salió a mostrar un lote en la zona de Riverita, pero nunca regresó. Horas después, su vehículo fue hallado abandonado frente al restaurante La Cabañita, un lugar que visitaba con frecuencia. Desde entonces, nada se sabe de su paradero.
Las sospechas pronto se centraron en su entorno cercano. La Fiscalía General de la Nación señaló a su expareja Fidel Borrero Solano, así como a Alexis Sotelo Salas y Rafael Antonio Puentes Ortega, por el delito de desaparición forzada. El caso, sin embargo, avanza lentamente: de los 29 testigos citados, apenas 10 han rendido declaración ante el Juzgado Segundo Penal del Circuito de Neiva.
Audiencia
En la diligencia más reciente, testificó Jorge Eliecer Guzmán, empleado del restaurante donde fue visto por última vez el carro de Kelly. Guzmán aseguró que aquel 1 de marzo la mujer estacionó su vehículo y abordó un Twingo gris en compañía de dos hombres. El vehículo partió por una vía destapada y no volvió.
Su relato parecía reafirmar la hipótesis de la Fiscalía, hasta que se presentó un error clave: al ser preguntado por la identidad del conductor, señaló inicialmente a Rafael Puentes, cuando el señalado en el expediente es Alexis Sotelo. Minutos después rectificó, alegando que la confusión se debió al uso de tapabocas y a la similitud física de los acusados.
Debate
El error desató un tenso intercambio entre la Fiscalía y la defensa. Para los abogados de los acusados, la confusión debilitaba la credibilidad del testimonio; en contraste, el ente investigador sostuvo que debía entenderse como una equivocación natural, teniendo en cuenta que habían pasado más de cinco meses desde los hechos. Ante la creciente confrontación, el juez tomó la palabra para encauzar el interrogatorio y recordó a la defensa que no era procedente aprovechar las limitaciones educativas del testigo con el fin de restar valor a su declaración.
Panorama
Más allá de la confusión, el testimonio de Guzmán aporta detalles significativos: confirma que el carro de Kelly permaneció abandonado frente al restaurante al día siguiente y recuerda que una semana antes ella fue recogida allí por un Suzuki naranja, episodio que coincide con otras versiones presentadas en el juicio.
El caso, sin embargo, sigue marcado por contradicciones y retrasos. La comunidad de Neiva y Pitalito espera que la justicia logre esclarecer el paradero de Kelly Johanna Plazas y determine la responsabilidad de los procesados, en un proceso que, pese a los tropiezos, mantiene vivo el clamor por la verdad.
