El tradicional concurso de testamentos culturales que se realiza en Ipiales hacia fin de año mantendrá su cronograma con algunas precisiones importantes. Luego de cierta confusión respecto a las fechas, las autoridades culturales aclararon los plazos establecidos para el desarrollo del evento, reafirmando su compromiso con la expresión crítica y la participación ciudadana.
Julio César Chamorro, reconocido gestor cultural de la ciudad, manifestó su inquietud sobre la supuesta fecha límite para presentar los textos. Según señaló, existía incertidumbre entre varios participantes respecto al mes de octubre, inicialmente interpretado como el cierre total del proceso. Sin embargo, tras dialogar directamente con el Departamento de Cultura, se confirmó que el mes solo correspondía al cierre de inscripciones.
La aclaración trajo alivio entre quienes planeaban incorporar acontecimientos recientes en sus creaciones. “Muchos teníamos esa duda, pero ya quedó claro”, expresó Chamorro. También destacó que la posibilidad de redactar los testamentos hasta diciembre permite mayor riqueza temática, dado que en los últimos meses del año suelen ocurrir hechos de relevancia social y política que merecen ser retratados.
Además de la precisión en los plazos, se reiteró la importancia de mantener el sentido original de esta tradición. Chamorro indicó que solicitó formalmente que se respete la esencia crítica de los testamentos, siempre dentro de un marco de responsabilidad y respeto. La propuesta fue bien recibida por el área organizadora, que reafirmó su interés en promover un enfoque reflexivo dentro del certamen.
“El testamento no solo es una tradición humorística, también es una forma de reflexión y crítica social”, explicó el gestor. Subrayó que esta práctica, cuando se realiza con argumentos sólidos y creatividad, contribuye a fortalecer la cultura local y enriquecer el debate público. Para él, más que una costumbre, se trata de un espacio valioso para el pensamiento colectivo.
Desde la dependencia de Cultura se destacó que este evento no solo tiene valor simbólico, sino también educativo. Se busca que los textos presentados expresen opiniones, inquietudes y observaciones desde una mirada constructiva, contribuyendo así al diálogo social de la comunidad ipialeña. El certamen se ha posicionado como una de las expresiones culturales más representativas de la región.




