La violencia persiste en el Magdalena pese a diálogos con las ACSN
La llegada de nuevos grupos armados mantiene en vilo al Magdalena. El anuncio del Gobierno sobre diálogos con las Autodefensas Conquistadores de la Sierra Nevada (ACSN) despertó esperanza en las comunidades, pero también dudas sobre el futuro de la violencia en la región.
“Queremos paz, que nuestros hijos crezcan tranquilos”, dice Rosa María Suárez, lideresa comunitaria de Ciénaga. Sin embargo, defensores de derechos humanos advierten que la retirada de las ACSN podría desatar nuevas disputas entre bandas como Los Primos, Los Costeños y el Clan del Golfo.
El departamento, estratégico para el narcotráfico y la extorsión, vive un repunte de asesinatos y enfrentamientos en municipios como Fundación, Pivijay y El Piñón. “No sabemos a quién pagarle extorsión o si denunciar. El miedo es grande”, confiesa un comerciante.
Mientras el conflicto se reconfigura, las comunidades esperan que el proceso de paz no sea una ilusión. La verdadera paz, dicen, llegará cuando los disparos sean reemplazados por el canto de los pájaros.




