Terror en Pampalinda: El miedo se apodera de la comunidad

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Familias enteras han decidido no salir de sus casas para evitar quedar en medio del fuego cruzado.

La tranquilidad de Pampalinda se rompió abruptamente el pasado lunes en la mañana cuando un enfrentamiento entre grupos armados dejó un saldo fatal. Andrés Felipe, conocido cariñosamente como «Pabón», perdió la vida en medio del caos, aumentando el temor en una comunidad que ya vive con miedo constante.

Encierro

El ambiente de zozobra ha llevado a que muchas familias opten por no enviar a sus hijos al colegio. Algunos incluso consideran la posibilidad de abandonar el barrio, en busca de un futuro más seguro. «Es aterrador, ayer y hoy mis hijos no fueron a estudiar. No quiero que les pase nada. Buenaventura cada vez está peor y eso nos tiene muy angustiados», expresó un residente.

Herida

Además de la pérdida de una vida, los hechos de violencia dejaron una mujer herida. «Le cayó un tiro en la mano. Primero la atendieron en la Santa Sofía, pero luego la remitieron a Cali porque su estado se agravó. Aquí no se puede salir tranquilo, ni siquiera a trabajar. Muchas madres tuvimos que quedarnos en casa por miedo a quedar atrapadas en medio de las balas», relató otra habitante con evidente preocupación.

Pánico

Los vecinos también denunciaron que varios sujetos armados intentaron entrar a algunas viviendas, sembrando pánico entre quienes estaban dentro. «Le tocaron la puerta a una compañera y le decían que la iban a matar. En su casa había un niño. Esto no puede seguir así», narró con indignación una testigo.

Terror

El impacto de la violencia en la comunidad es profundo. Niños que ya no juegan en las calles, comercios que cierran más temprano, familias que viven en constante temor. La incertidumbre es la nueva normalidad para los residentes de Pampalinda, quienes exigen acciones concretas de las autoridades para recuperar la paz en su barrio.

El llamado

Los habitantes hacen un llamado urgente para que cesen los enfrentamientos y se garantice la seguridad en la zona. «No queremos más miedo, no queremos más violencia. Necesitamos soluciones, no promesas vacías», enfatizó uno de los vecinos.

Mientras tanto, el barrio sigue atrapado en un ciclo de violencia que parece no tener fin, dejando a su gente con pocas opciones: resistir con miedo o huir en busca de una vida mejor.

Foto de Andrés Felipe Occiso


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