Una pareja fue condenada a severas penas de prisión tras ser hallada culpable de integrar una organización criminal dedicada al secuestro, tortura y robo de mujeres en distintos sectores de Medellín. Se trata de Miguel Ángel Botero Mosquera y María Paula Sierra Alba, quienes recibieron condenas de 53 años y 50 años y 3 meses de cárcel, respectivamente.
La investigación, liderada por la Fiscalía General de la Nación, reveló que la pareja contactaba a las víctimas a través de redes sociales, donde ofrecían supuestos trabajos como masajistas o damas de compañía. Una vez las mujeres llegaban a los lugares indicados, eran desnudadas, amarradas y brutalmente golpeadas, con el fin de que entregaran las claves de sus celulares y aplicaciones bancarias.
Entre los crímenes más atroces, se documentó el caso de una mujer a quien le quemaron los ojos y partes íntimas con una plancha por no recordar sus contraseñas. A otras víctimas les rociaban alcohol en heridas abiertas, las quemaban con parafina fingiendo que era ácido y les cortaban el cabello con cuchillos, además de causarles heridas con armas blancas.
Para evitar ser descubiertos, los victimarios apagaban las luces y subían el volumen de la música en las viviendas donde se cometían los delitos, ubicadas en barrios como El Poblado, Suramericana, Laureles, El Rodeo, Belén y Robledo.
Otros implicados y apelación
Además de Botero y Sierra, otros tres integrantes de la banda criminal fueron condenados mediante preacuerdos judiciales. Se trata de Santiago Úsuga Montoya (29 años de cárcel), David Alonso García Restrepo (30 años y 6 meses) y William Samuel Suárez Rubiano (32 años).
La defensa de los principales condenados apeló la decisión ante la Sala Penal del Tribunal Superior de Medellín, aunque las pruebas en su contra incluyen los testimonios de víctimas, videos de seguridad, elementos hallados en allanamientos y evidencia digital.
Disminuyen los robos en Medellín
Este caso se conoció en medio de una reducción generalizada de los robos en Medellín, según cifras reveladas por la Alcaldía. Entre 2024 y lo corrido de 2025, los hurtos disminuyeron en un 43%, y modalidades como el uso de escopolamina o el engaño mostraron caídas de hasta el 54% y 42%, respectivamente.
Sin embargo, casos como este reflejan que aún persisten formas extremadamente violentas de criminalidad que requieren una respuesta judicial contundente, como la que se ha dado en este proceso.




