La crisis de orden público en el Cauca persiste a pesar de los operativos de las Fuerzas Militares, que llevan 72 horas en La Hacienda, un punto estratégico a tres kilómetros de El Plateado, en El Tambo. En respuesta, las disidencias han recurrido a amenazas para forzar la salida de la Fuerza Pública.
Según el general Federico Mejía, comandante de la Tercera División del Ejército, este sector era clave para la estructura criminal Carlos Patiño, que lo usaba como base para atacar a civiles y militares.
La ofensiva ha desatado una violenta reacción. Alias Kevin, cabecilla de la organización, ha intensificado una campaña de intimidación con amenazas de muerte, desplazamiento forzado y cierre de comercios, sembrando terror en la comunidad.
La presión de las disidencias ha llevado a cerca de 3.000 personas a reunirse para exigir una mesa de negociación con el Gobierno de Gustavo Petro. Entre sus principales demandas está la reconstrucción del puente destruido recientemente por la estructura criminal Carlos Patiño, con el fin de frenar el avance militar.
Según el general Federico Mejía, comandante de la Tercera División del Ejército, las disidencias siguen operando bajo las órdenes de alias Kevin, quien delegó en alias Eduard Ramírez, cabecilla de la compañía Samantha Gómez, la tarea de movilizar a la población para generar bloqueos y presionar a las autoridades. “Ha organizado reuniones en corregimientos como Brisas, Huisito y Honduras para instrumentalizar a la comunidad e incitar actos de violencia contra la Fuerza Pública”, denunció Mejía.
La situación en la zona es crítica: el comercio sigue cerrado y la población teme quedar atrapada en medio del conflicto. Aun así, el Ejército mantiene su ofensiva en el Cañón del Micay para recuperar el control de la economía ilícita en la región. “No hay un tiempo límite para esta operación. Usaremos todas nuestras capacidades para restablecer el orden en el Cauca”, concluyó el comandante.




