Un devastador terremoto de magnitud 7.7 ha golpeado el noroeste de Birmania, seguido por otro sismo de magnitud 6,4 que ha dejado una estela de destrucción en la región. Las autoridades han confirmado que al menos tres personas han perdido la vida, 50 resultaron heridas y 70 más permanecen desaparecidas tras el colapso de un edificio en Bangkok. Las impresionantes imágenes y videos que circulan en las redes sociales muestran los efectos del desastre, con edificios derrumbados, carreteras dañadas y estructuras clave colapsadas.
La tragedia se desató cuando el sismo principal afectó varias áreas, provocando el colapso de infraestructuras vitales, incluyendo un puente importante para la comunicación en la región. La situación se agrava por la preocupación de que el terremoto haya causado daños en una presa local, lo que podría tener consecuencias aún más graves para la población en las próximas horas. La magnitud de los daños pone de manifiesto la vulnerabilidad de las infraestructuras del país ante fenómenos de este tipo.
Marie Manrique, coordinadora de la Federación Internacional de la Cruz Roja (FICR), compartió en una teleconferencia desde Yangon, la ciudad más grande y centro económico de Birmania, una visión detallada de la situación. “No solo se trata de edificios con grietas y fisuras, sino también de la caída de estructuras públicas esenciales, como carreteras, puentes y edificios gubernamentales”, destacó Manrique. Estos colapsos no solo afectan a la vida diaria de los ciudadanos, sino que también dificultan las labores de rescate y recuperación.
La población local está enfrentando una crisis sin precedentes, con miles de personas atrapadas entre los escombros y la infraestructura destruida. Equipos de rescate han sido desplegados, pero las dificultades logísticas y la magnitud del desastre complican las operaciones de búsqueda de sobrevivientes. Los esfuerzos de las autoridades y organizaciones internacionales se centran en salvar vidas, mientras que los esfuerzos para garantizar la estabilidad de las presas y evitar mayores catástrofes siguen siendo una prioridad.




