Terminó la incertidumbre

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Una década entera vivió una madre de El Paujil, Caquetá, esperando una noticia sobre el paradero de su hija desaparecida en medio del conflicto armado. Durante años, solo tuvo silencio, conjeturas y una tristeza anclada en la incertidumbre. Hoy, aunque el dolor no se disipa, al menos ha podido dar un paso hacia la verdad. En una operación liderada por la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas (UBPD), fueron hallados los restos que corresponderían a la joven desaparecida hace más de 10 años en una zona rural del norte del departamento.

Recuperación
El cuerpo fue encontrado en un nacimiento de agua, escondido en un terreno boscoso y de difícil acceso, gracias a información entregada por excombatientes y habitantes del lugar. Las coordenadas coincidieron con versiones anteriores que indicaban ese punto como el posible sitio de inhumación. Esta recuperación se da en el marco del Plan Regional de Búsqueda para el norte del Caquetá, que también incluye los municipios de El Doncello, Puerto Rico, Cartagena del Chairá y San Vicente del Caguán, territorios golpeados profundamente por las desapariciones forzadas.

Proceso
Según Luz Janeth Forero Martínez, directora de UBPD, los restos fueron trasladados bajo estrictos protocolos al Instituto Nacional de Medicina Legal, donde se realizará el proceso técnico de identificación forense. Si se confirma que se trata de la joven buscada por su familia, se procederá con una entrega digna, con acompañamiento psicosocial y jurídico para los seres queridos.

Esperanza
Adiela Córdoba, investigadora de la UBPD en Caquetá, destacó que este hallazgo “no se trata solo de encontrar un cuerpo. Es devolver la verdad, la memoria y un poco de paz a una familia que ha vivido con el alma rota”. Hasta ahora, más de 40 cuerpos han sido recuperados en esta subregión del Caquetá, como parte de una labor humanitaria incansable que busca reconstruir la historia y cerrar heridas abiertas por años.

Aunque el dolor no cesa del todo, la recuperación de los restos brinda a esta familia una oportunidad de cerrar un ciclo. La UBPD continúa su trabajo en la región, con el firme compromiso de seguir dando respuestas a quienes aún esperan. Porque cada cuerpo encontrado no es solo una cifra más: es la historia de una vida que merece ser contada y honrada.


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