Carlos Morales, pasó tres meses en la cárcel tras un error en la identificación de huellas.
Carlos Morales, un ciudadano trabajador y sin antecedentes, fue detenido en un control de rutina mientras se dirigía a su empleo en Suba. Al presentar su cédula, la Policía le informó que tenía una orden de captura vigente por un hurto ocurrido en Chapinero en 2023. Sin entender la razón, Morales fue trasladado inmediatamente a un centro de detención y condenado a 96 meses de prisión por el delito. Sin embargo, la condena se basó en un grave error judicial: el verdadero delincuente había suplantado su identidad al momento de su detención, y el sistema judicial avanzó con el nombre de Morales.
Crimen
El caso se originó cuando el verdadero ladrón, capturado en flagrancia en 2023, utilizó el nombre de Carlos Morales al ser detenido. Debido a un error en la verificación de huellas dactilares, las autoridades registraron la identidad falsa y continuaron con el proceso judicial en su contra. Así, Morales, quien no tenía conocimiento de que su nombre estuviera vinculado al crimen, fue condenado injustamente. Tras su detención en Suba, el sistema de justicia lo identificó erróneamente como el responsable del hurto y fue enviado a la cárcel de Acacías, Meta.
Culpable
Durante su tiempo en prisión, Morales enfrentó la injusticia de ser acusado de un crimen que no cometió. Su familia, al no tener los recursos para una defensa privada, solicitó ayuda en distintas entidades, y fue gracias al Proyecto Inocencia de la Universidad Manuela Beltrán que se logró la revisión de las huellas dactilares. Un peritaje realizado por el Instituto Nacional de Medicina Legal demostró que las huellas de Morales no coincidían con las del verdadero culpable, lo que llevó a la revocación de su condena.
Tiempo valioso
Tras este nuevo cotejo de huellas, un juez de penas ordenó su liberación inmediata. Sin embargo, la injusticia ya había dejado una marca profunda en su vida. Morales estuvo tres meses en prisión, perdiendo tiempo valioso que ahora intenta recuperar. Ha regresado a su hogar para cuidar a sus padres de la tercera edad y retomar su empleo, pero las secuelas emocionales y sociales de haber sido tratado como un delincuente persisten.
Errores
El caso de Carlos Morales pone de manifiesto las graves fallas en los procesos de identificación judicial, las cuales permiten que un error tan sencillo como la suplantación de identidad pueda llevar a una persona inocente a prisión. Este hecho plantea interrogantes sobre la seguridad del sistema judicial colombiano, la responsabilidad del Estado por los daños causados a las víctimas de errores judiciales y las medidas necesarias para evitar que este tipo de situaciones se repitan en el futuro.
