La reciente escalada de tensiones entre Irán e Israel, sumada a la intervención directa de Estados Unidos ordenada por el presidente Donald Trump, ha reavivado en redes sociales y medios la discusión sobre el posible inicio de una Tercera Guerra Mundial. Sobre el tema, diversos analistas internacionales de renombre, como Alberto Rojas, director del Observatorio de Asuntos Internacionales de la Universidad Finis Terrae, se han pronunciado con explicaciones que buscan reducir las tensiones.
Otros expertos, citados por medios como La Jornada y Euronews, han expresado su preocupación por el riesgo de un conflicto global que podría derivar de esta confrontación regional.
El argumento central de quienes consideran que la Tercera Guerra Mundial está ya abierta se basa en la potencial escalada militar que la entrada de Estados Unidos en el conflicto entre Irán e Israel podría provocar.
Rusia y China, factores clave
Según los analistas, la implicación directa de una superpotencia con capacidad nuclear, como lo es Estados Unidos, en un conflicto ya complejo, podría arrastrar a otros actores internacionales, creando un efecto dominó que involucre a Rusia, China y otras potencias, transformando un conflicto regional en un enfrentamiento global.
Entre los expertos que advierten sobre este peligro se encuentra el presidente ruso Vladimir Putin, quien en el Foro Económico de San Petersburgo manifestó su temor a una guerra mundial debido a la situación en Medio Oriente y Ucrania, aunque descartó la participación directa de Rusia en el conflicto entre Irán e Israel.
Putin señaló que Moscú mantiene sus compromisos con Irán, pero que no tiene intención de involucrarse militarmente en esta guerra, lo que añade una complejidad particular al escenario geopolítico actual.
Llamado a la calma
Por otro lado, existen voces que relativizan la posibilidad de que la Tercera Guerra Mundial haya comenzado o sea inminente. Estos analistas argumentan que, aunque la situación es tensa, la guerra global no es inevitable. Señalan que la diplomacia internacional, las capacidades disuasorias de las potencias nucleares y el desgaste de actores como Rusia, inmersos en otros conflictos, actúan como factores que contienen una escalada mayor.
Además, destacan que la guerra entre Irán e Israel, aunque peligrosa, sigue siendo un conflicto regional con dinámicas propias que no necesariamente arrastrarán a todo el sistema internacional.
Otra fundamentación importante para quienes descartan la guerra mundial inmediata es el contexto bipolar actual, donde Estados Unidos y China concentran la mayor tensión global, principalmente en lo económico y tecnológico, más que en un enfrentamiento militar directo.
En este marco, el conflicto en Medio Oriente es visto como un foco de tensión, pero no como el epicentro de una guerra global, que tendría más probabilidades de detonarse por disputas entre estas superpotencias o en sus zonas de influencia directa.
El analista Leon Krauze, considera que es una exageración creer que una confrontación del nivel de una guerra mundial ha iniciado, en especial por el aislamiento de Irán en la región.
¿ Nos acercamos a la tercera Guerra Mundial?
— León Krauze (@LeonKrauze) June 22, 2025
La respuesta es…no.
Y aquí explico por qué.
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Europa, al margen
Es relevante mencionar que la percepción pública en Europa refleja un temor creciente ante la posibilidad de un conflicto mundial, pero también una baja confianza en la preparación militar de sus propios países para enfrentar un escenario bélico de tal magnitud. Esto añade presión política para buscar soluciones diplomáticas y evitar que el conflicto regional se expanda.
Así, aunque la entrada de Estados Unidos en la guerra entre Irán e Israel eleva las alarmas sobre una posible Tercera Guerra Mundial, el análisis de expertos muestra una división clara entre quienes ven este escenario como inminente y quienes lo consideran una exageración o un riesgo controlable.
En dichas condiciones, la realidad geopolítica actual, con múltiples actores y complejas alianzas, sugiere que el riesgo existe, pero no es una certeza, y que la diplomacia y la contención estratégica seguirán siendo claves para evitar un conflicto global.
No obstante, el debate sobre si ya inició una nueva guerra mundial pone de manifiesto la fragilidad del equilibrio internacional en un mundo multipolar y la necesidad de un manejo cuidadoso de las crisis regionales para evitar que se conviertan en conflagraciones de escala mundial.
La historia enseña que las guerras mundiales suelen ser el resultado de errores acumulados y escaladas no gestionadas, por lo que la comunidad internacional enfrenta en la actualidad un desafío crucial para la reservación de la paz y la estabilidad global.




