Teófilo Gutiérrez, el ídolo del Junior y uno de los jugadores más queridos por el pueblo barranquillero, volvió a demostrar que su corazón late al ritmo de su gente. Este sábado, en un emotivo encuentro con la comunidad del barrio Rebolo, Teo hizo feliz a decenas de niños en el colegio Don Bosco, donde compartió un almuerzo, entregó más de 90 balones, firmó cientos de autógrafos y posó para un sinfín de fotos.
Acompañado por el alcalde Alejandro Char, el delantero rojiblanco participó en una actividad enmarcada en el programa de ‘Restaurantes Escolares’, el cual beneficia a más de 240 niños del sector. La jornada, que arrancó sobre la 1:00 p.m., fue una verdadera fiesta de sonrisas y esperanza, donde el fútbol fue el puente para conectar sueños con realidades.
“Teo es el jugador del pueblo, un hijo de esta tierra que nunca olvida de dónde viene”, expresó el alcalde Char, quien también recorrió junto a él el Malecón de Rebolo y compartió momentos con los integrantes de la barra Frente Rojiblanco Sur.
El ambiente fue de absoluta alegría y emoción, no solo por la presencia de Teo, sino por el sentimiento colectivo de estar cerca del ídolo que tantos goles y momentos inolvidables ha regalado. Su sencillez y cercanía lo convirtieron, una vez más, en ejemplo para los más pequeños, que lo ven como un referente dentro y fuera de la cancha.
La visita no solo fue un acto de generosidad, sino también un impulso emocional en la antesala del esperado partido entre Junior y Medellín en el Metropolitano. Con Teo como bandera, Barranquilla sueña con una nueva victoria rojiblanca.
