Tensión y conflicto: Clan del Golfo, ELN y disidencias enfrentados en el Magdalena Medio

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Líderes sociales exigen garantías ante la creciente actividad de los grupos armados ilegales en esta región, donde las amenazas aumentan constantemente. “Le pedimos al gobierno de Petro, al que apoyamos para que esto cambiara, que preste atención a esta zona”, clama un residente local. Colombia+20 visitó el área y constató la grave situación.

“Antes, como campesinos, teníamos cierta autoridad, y nuestros mandatos para proteger la naturaleza se respetaban, pero ahora los grupos armados no respetan nada de eso. Aquí enfrentamos la presencia del ELN, las disidencias de las FARC y los paramilitares. Nos sentimos amenazados y con miedo”, comenta María Irene Ramírez, vocera de la Asociación Campesina del Valle del río Cimitarra (ACVC), una organización que desde hace casi 30 años ha promovido la defensa del medioambiente y los derechos de las comunidades rurales en el Magdalena Medio.

Las palabras de Ramírez reflejan las preocupaciones de una región que, a pesar de estar en la mira de grupos armados ilegales y multinacionales extractivistas, es conocida por la valentía de su movimiento social. Las comunidades locales resisten la presencia de tres actores ilegales distintos, cuya disputa territorial ha causado desplazamientos, amenazas, asesinatos de líderes y defensores de derechos humanos, reclutamiento de menores, violencia sexual, “limpieza social” y restricciones de movilidad mediante la carnetización de la población, entre otras violaciones de derechos.

Como informó Colombia+20 hace algunos meses, el control de las minas de oro en la Serranía de San Lucas, las extorsiones a empresas de diferentes tamaños y los corredores estratégicos de esta región han desatado una guerra que afecta principalmente a los civiles. Ante esta situación, la semana pasada se reunieron representantes de organizaciones sociales de Santander, Antioquia, Bolívar, Boyacá y Cesar para encender las alarmas en un encuentro con el embajador de la Unión Europea en Colombia, Gilles Bertrand, y el enviado especial de la UE para el proceso de paz en el país, Adrianus Koetsenruijter.


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