El Departamento de Defensa de Estados Unidos anunció este jueves el envío de 10 aviones de combate F-35 a Puerto Rico, luego de que dos aeronaves militares venezolanas sobrevolaran cerca de un buque de la Marina en aguas internacionales, en lo que calificó como un “movimiento altamente provocador”.
La medida refuerza la presencia militar norteamericana en el Caribe, donde ya operan siete buques de guerra y un submarino nuclear, con más de 4.500 efectivos desplegados. Según Washington, estas acciones se enmarcan en su ofensiva contra el narcotráfico y el terrorismo.
En respuesta, el presidente venezolano Nicolás Maduro convocó a una jornada de movilización nacional de la Milicia Bolivariana para este viernes 5 de septiembre, en la que espera la participación de más de ocho millones de ciudadanos que, según aseguró, se sumaron recientemente al sistema defensivo del país.
El choque diplomático ocurre tras la denuncia de Caracas contra EE. UU. por la destrucción de una embarcación presuntamente cargada con drogas, en un ataque que dejó 11 muertos. Mientras Washington lo calificó como un golpe al narcotráfico, el Gobierno venezolano acusó a su rival de cometer “ejecuciones extrajudiciales” en el mar.